Miguel González posa montando su yegua Muñeca en junio 2022. Foto: Karlha Velásquez.

Cuando Miguel González era niño practicaba día a día con el lazo para enlazar algunos becerritos y potros. Soñaba con ser un charro de verdad y ser representante del deporte nacional mexicano a pesar de las negativas de su papá, que tenía otros planes educativos para él.  

Charrear, como se le dice a la acción de la charrería, implica tener un cuerpo acondicionado: buenas piernas para montar un caballo y buenos brazos para las maniobras con el lazo y las suertes que exige este deporte. González estaba trabajando para seguir la tradición que hace honor a sus ancestros.

González practicó de lleno la charrería a raíz de que su padre compró en 2001 un terreno que luego lo acondicionó para hacer un lienzo (escenario de la charrería), fue el primero conocido en Nebraska. Pero se lesionó la espalda en un accidente de auto que le impidió continuar.

Mientras la herencia mexicana se avivaba la herencia mexicana a través de este deporte, en el año 2000 habían comenzado las críticas hacia el deporte, por parte de los proteccionistas de animales mientras, por otro lado, el rodeo americano seguía practicándose en el estado. “Ahí comenzaron los actos de discriminación”, dijo González de ahora 44 años. En ese momento, González, junto con otros charros como Ricardo Chaires, estuvieron dando la batalla para objetar las nuevas medidas contra la tradición mexicana.

Historia de la charrería

La cala de caballo es la primera suerte de la charrería, en ella se muestra la destreza del jinete para frenar y controlar al caballo (2016). Foto cortesía de Miguel González.

Se dice que la charrería nació en Salamanca, España, en el siglo XVI. Cuando los españoles llegaron al territorio mexicano, andaban a caballo con sus típicos trajes que tenían prohibido usar los indígenas de la región que trabajaban con ellos.

En Hidalgo, la vida agraria cobraba fuerza y los indígenas mexicanos fueron practicando enlazar al ganado, luego se les permitió montar a caballo y se les empezó a llamar charro, que significa jinete en la lengua euskera (idioma hablado en España).

En 1933 la charrería fue declarada en México como deporte nacional y se estableció una Federación de Charrería que dictaba las reglas del terreno donde se practicaba, vestimenta masculina y femenina, tipos de animales usados entre otros accesorios dentro de la práctica.

Bota y espuela usada en la charrería. Foto Karlha Velásquez.

En Nebraska, las prácticas charras comenzaron alrededor de 1970 cuando la migración mexicana fue creciendo bajo la promesa de conseguir trabajo con bajos salarios, pero mayores que el peso mexicano. En ese entonces comenzaron las políticas discriminatorias en el uso de las manganas (cuerda para enlazar hecha con las hojas del maguey) y todos los eventos relacionados con charrería, pero manteniendo intacto el rodeo americano.

En 2016 la charrería obtuvo el título de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Y es practicada de forma legal y federada en 14 estados del país. En Nebraska fue federada desde 2013 a 2015, comentó González.

Tradición familia

Para practicar la charrería es indispensable estar registrado en la Federación de Charrería de México. Se practica con equipos de 15 cuando se trata de un evento federado, pero 6 si se trata de un amistoso. En Nebraska no hay suficientes participantes, muchos han tenido que ir a otros estados como Iowa o Kansas para practicar el deporte.

Sin importar si es un evento oficial o no siempre se toca el segundo himno nacional de México, la marcha de Zacatecas. Luego cada miembro del equipo practica una suerte, son 9 en total.

1. Cala de Caballo: se hace una demostración de destreza del jinete.

2. Piales: Se enlaza a una yegua por las patas traseras

3. Colas en el Lienzo: Se somete a un toro por la cola.

4. Escaramuza: Si las hay, las mujeres demuestran su destreza sobre el caballo

5. Jineteo de Toro: el conocido como bullriding.

6. Terna en el Ruedo: en equipos de tres se somete a un toro joven

7. Jineteo de Yegua.

8. Manganas a Pie o a caballo: se hacen figuras con la cuerda de mangana. A veces se enlaza a un caballo

9.   El Paso de la Muerte: el jinete sin montura trata de pasar de un caballo a otro mientras estos van corriendo.

En Omaha el evento puede durar días y agrupa a familias y no tiene un valor comercial. Todo se organiza con la contribución de los charros.

Práctica prohibida

La autora Laura Barracloud explica en su libro Charros: How Mexican Cowboys Are Remapping Race and American Identity el cómo a partir del año 2000 grupos animalistas y lobbies trabajaron para logar hacer ilegal la charrería en Nebraska y omitiendo por completo que se trataba de un deporte.

Último evento de charrería realizado en Omaha en 2016. Foto cortesía de Miguel Fernández.

Sin ir muy lejos, al hacer una simple búsqueda por internet en Wikipedia se evidenció la diferencia entre los conceptos de charrería y rodeo americano. El primero es definido como un espectáculo, mientras que el segundo es considerado un deporte.

En Omaha comenzó una disputa acerca del “horse-tripping” (hacer caer a los caballos). En julio de 2007, Nebraska Humane Society (NHS) había encontrado en Omaha a cinco caballos en estado de malnutrición en el rancho del charro Armando Pliego, quien pagó una multa de $900. Esto dio pie a que el lobbie de la NHS comenzará a prohibir las manganas, piales y coleadores pues fueron considerados “más doloroso y peligroso para el animal que en los eventos del rodeo americano”, describe la autora.

El lazo de la mangana es suave ya que las patas del animal se deslizan y se sueltan rápido, el animal no sufre, dijo González.

En toda la querella el condado de la ciudad de Omaha, y algunos miembros de la legislatura del estado de Nebraska evitaron a toda costa que los mexicanos presentarán modificaciones en esas suertes para demostrar que no lastimaban a los animales.

El senador republicano Deb Fischer introdujo el proyecto de ley (Legislative Bill) 865, sobre el Bienestar del ganado (Livestock Animal Welfare Act), en el que no se consideraba una práctica aceptable tirar de las patas de un animal equino. El senador Abbie Cornett describió que a pesar de las modificaciones que se hicieran en las suertes, el animal podía tropezarse y caer.Vale destacar que la ley menciona a equinos y no a bovinos.

En Julio de 2010, el gobernador de Nebraska Dave Heineman firmó el proyecto y lo convirtió en ley.

González comenta que en otros estados la charrería sigue viva, y que es la herencia de México a Estados Unidos. En 2016 se realizó en Omaha uno de los últimos eventos de charrería, en el que participó González junto a Ricardo Chaire, quien fue presidente de la federación en Nebraska y Sergio Robles quien ha contribuido al reconocimiento de la charrería en Nebraska.

González confía en que las nuevas generaciones mantengan vivo este deporte mexicano en Estados Unidos. 

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