Los hijos bilingües como Coronado Amaya son quienes usualmente apoyan para cerrar las brechas por el idioma.

La mamá de Melanie Coronado Amaya estaba revisando su Facebook en agosto del 2020 cuando le llamó la atención una publicación en especial, que parecía ser importante. Ella pidió la ayuda de su hija de 18 años.

“¿Qué dice esto?”, le preguntó su mamá a Coronado Amaya, apuntando a un anuncio en inglés sobre el mandato del uso de cubrebocas recién establecido por el Consejo Municipal de Omaha. Al leer el texto con cuidado, Coronado le comentó lo que decía a su mamá, en español. “Ahora tenemos que usar cubrebocas, sabes, por el riesgo de la pandemia”.

Desde los inicios de la pandemia del coronavirus, las personas en todo el país han tenido que apoyarse en los oficiales de salud pública, en el gobierno local y en los expertos para poder comprender los cambios rápidos en información pública y regulaciones de seguridad. Pero cuando las instituciones y las organizaciones no ofrecen una traducción o servicios de interpretación, las personas cuyo idioma principal no es el inglés, se quedan sin poder tener acceso a recursos importantes, que en ocasiones pueden salvar vidas, especialmente durante la pandemia.

Los hijos bilingües como Coronado Amaya son quienes usualmente apoyan para cerrar las brechas por el idioma.

“Si no estuviera ahí para ayudar a mi mamá a comprender que hay un mandato sobre el uso obligatorio de cubrebocas, ella no sabría que existe”, nos dijo.

Cómo hija de inmigrante mexicana, Coronado Amaya está acostumbrada a ser el enlace entre el idioma inglés y el español para su familia y los miembros de la comunidad. Ella desearía que más organizaciones en la comunidad y el gobierno local tuvieren como prioridad los servicios de traducción e interpretación para poder comunicarse de forma efectiva con cumplir las necesidades de las comunidades de inmigrantes y refugiados a las que deben servir.

“Son parte de la comunidad”, nos dijo. “Estamos haciendo a un lado a muchas personas cuando no se están presentando traducciones”.

Haciendo del idioma una prioridad para el futuro de Omaha

Omaha tiene una larga historia de inmigración que data, a su incepción, a mediados de los años 1800. Los datos del censo muestran que la población actual de la ciudad nacida en el extranjero equivale a un 10,7%. Según Heartland Forward, una organización sin fines de lucro enfocada en mejorar la economía en las regiones centrales de los Estados Unidos, Omaha es considerada como “el más aparente centro de inmigración” en el corazón del país.

Isabel Velázquez, lingüista social, profesora asociada e investigadora en la Universidad de Nebraska Lincoln, considera que mejorar el acceso por idioma en Nebraska no es solo un apoyo a la población que no habla inglés, sino un derecho humano básico.

“Los inmigrantes son una parte esencial de la comunidad de Nebraska”, comenta Velázquez. “Contribuimos a la economía. Nuestro trabajo hace que sea posible tener una mejor calidad de vida en este estado”.

Pero a pesar de que los datos del 2019 de la Oficina del Censo de los EEUU muestran que un 16,6% de los hogares (alrededor de 31 000) hablan un idioma distinto al inglés, algunas de las personas en Omaha todavía se resisten a la realidad de una comunidad multilingüe.

Coronado Amaya nunca ha estado insegura sobre su herencia latina, pero ha habido ocasiones en las que ella no se siente segura de hablar español en áreas predominantemente blancas en Omaha. Ella piensa que la segregación en la ciudad y los estereotipos racistas tienen un gran efecto sobre los conceptos erróneos de las personas sobre sus vecinos negros y morenos.

“En espacios en los que no me siento bienvenida, tengo miedo de que alguien se me acerque y me diga ‘No puedes decir eso’, o ‘No puedes hablar ese idioma’”, dijo Coronado Amaya. “Las personas asumen que no eres de aquí y entonces comienza el racismo. Es como un efecto domino”.

Velázquez observa esta resistencia y el criticismo del lenguaje refuerza los estereotipos dañinos y mantiene las percepciones monoculturales del mundo, como las del Europa del siglo XIX y el nacionalismo alemán. Estas percepciones silencian culturas e idiomas, dañando a la comunidad como un todo.

“Decir ‘No puedo invertir en que las personas en mi comunidad tengan acceso a la traducción’ es como decir que solo necesitas las venas en tu pierna izquierda pues nunca uso las de la derecha, así que no hay que enviar sangre a esa zona”, dijo Velázquez. Es decir, todo el cuerpo de la comunidad sufre cuando una gran porción es ignorada por las personas en el poder.

Los líderes en Omaha y en el Condado de Douglas se han esforzado en cumplir con las crecientes necesidades de idiomas. La línea de atención de la oficina de la alcaldesa tiene una opción en español para que llamen los residentes hispanos para hacer preguntas sobre la ciudad o presentar cuestiones menores. Omaha Public Schools ofrece recursos para que los estudiantes aprendan inglés, incluyendo enlaces bilingües en idiomas como el español, karénico, árabe, butanés y nepalí, karenni y birmano, suajili y francés.

Aun así, hay fallas en el acceso al idioma que perpetúan las brechas de información sobre las cuales todavía se puede actuar.

Velázquez considera que el cambio puede llegar de la inversión en la educación de lenguajes nativos a los inmigrantes y refugiados en Omaha, en especial para los adolescentes que han crecido en Nebraska hablando generalmente en inglés fuera de su hogar multilingüe.

“¿Por qué los jóvenes latinxs deben estudiar español cuando ya hablan español?”, es la pregunta que quienes hablan inglés le hacen con frecuencia a Velázquez, a lo que ella responde: “¿Cuántos años estudiaste inglés en la escuela?”.

Ella considera que los jóvenes deben poder ver el bilingüismo y el alfabetismo en dos idiomas del idioma de su familia como una opción viable para su futuro, no como algo que se les dice que les afectará.

Una organización sin fines de lucro en Omaha ve ese mismo futuro y tiene una misión para mejorar el acceso por idioma mientras celebra y estimula la cultura a través de la enseñanza del idioma.

World Speaks encuentra que su camino es una solución

Leah N. Whitney Chavez, Executive Directora y fundadora de World Speaks. Retrato hecho el 24 de junio de 2021 en la Universidad de Nebraska en Omaha.

Cuando Leah Whitney Chávez tenía ocho años de edad se mudó de su vibrante comunidad multicultural en Bellevue (en el estado Washington) a Bellevue (Nebraska).

Como una mujer afroamericana, ella creció navegando los espacios predominantemente blancos en los que las personas usualmente realizaban comentarios racistas y dañinos. Era palpable la falta de diversidad y educación cultural.

Estas experiencias, además de su amor por el idioma español, la llevaron a fundar World Speaks Omaha, una organización sin fines de lucro que ofrece clases de traducción, interpretación e idioma en doce idiomas, incluyendo español, birmano, árabe, coreano y lenguaje de señas estadounidense.

“No siempre es sobre ser super fluente o ser perfecto (en hablar un idioma)”, dijo Whitney Chávez. “Pero cuando te das la oportunidad de aprender sobre cómo piensa alguien más, el experimentar la cultura de alguien más, en verdad lo aprecian”.

Mientras trabajaba en la organización sin fines de lucro, ayudando a los residentes a conocer los recursos públicos, Whitney Chávez se dio cuenta de que frecuentemente los servicios para los inmigrantes y refugiados no estaban disponibles, simplemente debido a que una agencia no se esforzaba por contratar a un traductor o un intérprete para ofrecer ayuda en otros idiomas.

“Las personas no pueden acceder a ello debido a la barrera del idioma, incluso si es información que en verdad necesitan saber”, nos dijo. “Y muchas personas piensa que está bien, como si fuera algo normal”.

Lo peor de todo es que ella vio cómo las familias estaban acostumbradas ya a no ser atendidos y quedarse atrás sin saber sobre esa información. Whitney Chávez presenció cómo durante la pandemia en Omaha no se estaba haciendo llegar la información a las personas en los diversos idiomas que hay en la comunidad.

“Estas presentando información valiosa”, dijo Whitney Chávez. “Cuando no hay acceso a esta en el idioma nativo de alguien, lo que pasa es que estás poniendo en riesgo a tu comunidad”.

En el corazón de la misión de World Speaks está una meta de conectar a las comunidades a través del entendimiento y la educación cultural, amplificando y celebrando la diversidad de las identidades en el área de Omaha.

Como Whitney Chávez no es latina, ella da prioridad a contar con un hablante nativo en cada clase. Esto permite a otras personas que aprenden algún idioma tener la oportunidad de practicar mejor y brindar la posibilidad de compartir su cultura con otros.

World Speaks también ofrece Justice Speaks, una plataforma para que los miembros de la comunidad compartan sus historias y experiencias personales como un diálogo en curso sobre los problemas a los que se enfrentan las comunidades marginadas en Omaha.

Cami Cavanaugh Rawlings supo por primera vez sobre World Speaks a través de una presentación de Zoom sobre la importancia de compensar la gente en su companía que hace traducciones y interpretación. Como directora de desarrollo en The Big Garden, Cavanaugh Rawlings supo de inmediato que su personal se beneficiaría de las clases de español. Alrededor de 12 miembros del equipo participaron en una clase por Zoom una vez por semana, enfocándose en lecciones y conversaciones sobre frases en español que el grupo podría usar en situaciones relacionadas con la jardinería.

Para Cavanaugh Rawlings, la decisión de trabajar con World Speaks fue “algo muy fácil”.

“Si vamos a vivir y trabajar con una comunidad que tiene idiomas que son diferentes al nuestro… creo que debemos aprenderlos”, nos dijo. “Es lo correcto”.

Para aprender más sobre World Speaks, puede encontrarlos en su sitio de web: www.worldspeaksomaha.org. Sus servicios de clases, traduciónes y interpretaciónes están disponibles para la gente comunitario, los negocios y las companías.

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