Los inmigrantes indocumentados están entre las víctimas invisibles de las guerras de cultura. Quienes buscan asilo lo arriesgan todo para escapar de los peligros de su país natal solamente para llegar aquí y posiblemente ser arrestados, detenidos y deportados. La aplicación de políticas y leyes sobre inmigrantes ilegales varía entre agentes y jueces. Los acusados están a la merced de los caprichosos vientos políticos. El Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos realizó 21.362 arrestos entre el 20 de enero y el 13 de marzo de este año, un tercio más que durante el mismo período de 2016, según cifras solicitadas por The Washington Post. Las cifras incluyen a 5.441 personas que no son ciudadanas y sin antecedentes penales, el doble del número durante el mismo período del año pasado.

A razón de esta incertidumbre, algunos ciudadanos preocupados han formado la Omaha Area Sanctuary Network (Red Santuario para el Área de Omaha) como parte de un movimiento nacional de refugios seguros. Basado en los modelos de refugio que se aplican en Austin, Texas, las iglesias aquí podrían servir como espacios santuario para quienes son buscados por Immigration and Customs Enforcement (ICE- Inmigración y Aduanas) o de otras injusticias percibidas. Las políticas actuales impiden que los agentes de ICE puedan entrar a “lugares sensibles”. Cuando el arresto es inminente, la red establecería el santuario. La persona o personas afectadas permanecerían en el santuario hasta que su estatus en el limbo sea resuelto.

Recientemente el grupo de Omaha se movilizó en respuesta a una posible situación de santuario aun cuando todavía no se tenía una iglesia para cumplir con dicha función, comentó Lawrence Jensen quien ayudó a lanzar la red. Él dijo que los miembros ofrecieron sus propios hogares antes de que se apreciara que el caso era una falsa alarma. Este escenario sirvió como una prueba para mostrar cómo el grupo estaba dispuesto a actuar.

Jensen, jubilado de Union Pacific, es miembro de la Iglesia First United Methodist en Omaha, la cual ha sido anfitriona de las reuniones de la red. Él asistió a un evento anterior en el que dos mujeres de Guatemala que estuvieron en el santuario de Austin compartieron sus historias.

“Fue muy conmovedor escuchar sobre las cosas que tuvieron que experimentar y lo que hicieron por ellas por estar en el santuario”, dijo Jensen. “Ambas sentían que tal vez no hubieran sobrevivido si hubieran tenido que regresar a Guatemala. Necesitaban quedarse aquí”.

Comentó que después de la presentación él y otras personas “decidieron que deberíamos intentar y hacer algo similar. Más que nada, participar es una cuestión de fe para ayudar cuando se observa alguna injusticia o cosas sobre las cuales se debe actuar”.

La Rev. Cyndi Simpson, ministra en la Iglesia Second Unitarian en Omaha, dijo: “Esta es una cuestión moral, una cuestión de justicia y una cuestión espiritual”. Ella agregó que “es muy bueno ver a otras congregaciones y organizaciones religiosas interesadas en el santuario pues esto será mejor si todos trabajamos juntos en una coalición”.

Simpson y Jensen saben que la base legal de esto es “tenue”.

“Ni hay ninguna protección legal para la iglesia”, dijo Jensen. “Es solamente una política que hasta ahora ha sido respetada. Podría cambiar simplemente con una orden (ejecutiva)”.

La legislación federal técnicamente establece como una violación que “cualquier persona esconda, refugie o proteja se su detección… a cualquier persona extranjera que esté violando la ley en los Estados Unidos de Norteamérica”.

“No es definitivo que una iglesia brindando santuario actualice el supuesto de esa ley, pero es posible”, dijo Jensen. “Es algo indeterminado pues nunca ha sido puesto a prueba dentro del momento actual que se vive”.

Aunque Jonathan Benjamín-Alvarado, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Nebraska en Omaha, considera que las iglesias santuario son moralmente correctas, él aconseja que hay que tener cuidado.

“La amplia libertad otorgada a ICE para con los ‘ilegales’ podría… colocar a las iglesias en la línea de fuego”, comenta. “Si las escuelas, cortes y oficinas de gobierno ya han sido considerados como lugares factibles para la aprehensión de las personas en violación de órdenes de deportación, las iglesias deben de estad atentas. Todavía no ha pasado, pero si se está ante la posibilidad de ‘perder la guerra’ sobre la inmigración… tal vez las iglesias dejarían de ser sacrosantas. Una redada de inmigración en una iglesia sería traumático y potencialmente devastadora para la comunidad de una iglesia”.

Simpson está firme, diciendo: “Para mí, este es el trabajo que tenemos que hacer. Así que hay que dejar que las consecuencias sean las consecuencias. Esta es desobediencia civil y es como ocurre el cambio”.

El santuario ya ha sido practicado antes en los Estados Unidos de Norteamérica. Simpson es veterana del movimiento de los años 1980 que recibió a refugiados políticos que estaban escapando de la persecución de la guerra civil en Guatemala.

“Es muy interesante estar de nuevo aquí”, dijo ella.

Ser anfitrión de alguien en santuario significa el compromiso de recursos durante un año o más.

“Durante ese tiempo tienen que ser alimentados y tener ropa que vestir, hay que cubrir sus necesidades de salud y ofrecer apoyo moral. Puede significar encontrar representación legal y acompañarles a sus citas en la corte”, dijo Jensen.

Simpson dijo que la red de Omaha aceptó apoyar a los miembros de la familia cuando la persona principal que sostiene el hogar es encarcelada, deportada o está en santuario.

Ninguna organización puede hacerlo por sí misma.

“Se puede reducir el impacto sobre la iglesia individual al compartir el trabajo entre muchas personas”, dijo Jensen.

El detalle, hasta ahora, es encontrar iglesias con espacios físicos dedicados y listos para fungir como instalación santuario.

Simpson dijo que la red expandió su búsqueda para incluir otros tipos de organizaciones religiosas.

Los miembros de la red dicen que también están comprometidos a realizar campañas de llamadas y llevar a cabo demostraciones para tratar de llevar a que ICE deje la persecución y se otorgue la acción diferida o la libertad. Cuando sean informados de que se llevará a cabo una redada, los activistas planean realizar “santuario en las calles” al notificar a los medios y participar en un cambio no violento.

“A ICE no le agrada la publicidad de llevarse a alguien mientras están encendidas las cámaras”, dijo Jensen. “Es por ello que es más probable que no actúen”.

Antes en el año Jensen asistió a una conferencia de red santuario en Denver. “Hubo muchas pláticas sobre exactamente este tipo de cosas”, comenta.

La red está buscando lo que Jensen llama “aliados naturales” entre grupos tales como Nebraska Democratic Party, Omaha Together One Community e Indivisible dedicados a resistir la agenda de Trump.

Es difícil saber quién actuará para proporcionar santuario. En cuanto a su iglesia, Jensen dijo: “No se puede saber con certeza si toda la iglesia como tal lo aprobaría, lo cual tendría que pasar. La mayoría es progresiva religiosa, política y socialmente, pero hay quienes estarían preocupados por las cuestiones de legalidad, por lo que habría algo de oposición. Cómo serían las cosas al final es algo de lo que no estoy seguro”.

El Perico story on Omaha Area Sanctuary Network

Sources: Interviewed Lawrence Jensen, Cyndi Simpson and Jonathan Benjamin-Alvarado

Photo contacts: lpjensen@abbnebraska.com; revsimpson@2uomaha. org; jalvarado@unomaha.edu

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