Parque infantil vacío. Foto de Mike Machian.

Por Chris Bowling

 Odio el coronavirus.

No hay otra forma de definir en este momento el sentimiento del país y del mundo entero. Sin embargo, es algo que rara vez se menciona de forma tan directa. Pero eso es exactamente lo que Bonnie Sarton Mierau escucha durante las sesiones semanales de orientación con niñas y niños en el Attachment and Trauma Center of Nebraska en el Oeste de Omaha.

Lo dicen, lloran por ello, se quejan de ello.

“Odio el coronavirus”.

“El verano va a apestar”.

“Extraño a mis amigos”.

Mientras que el país lucha con la implosión económica y la interrupción de las actividades sociales, las llamadas a servicios como la línea de ayuda para Servicios de Salud Mental y Abuso de Substancias han incrementado considerablemente, esto según un reporte de NPR, lo cual ha llevado a que muchos oficiales se preocupen por cómo un ya golpeado sistema de cuidados en salud mental podrá hacer frente al aumento de necesidades ocasionado por la pandemia, cuya severidad no puede predecirse.

Aunque todos sienten una presión adicional por el coronavirus, los oficiales en salud mental dicen que los niños, en especial de aquellos en hogares inestables o ya con problemas de salud mental, podrían estar bajo un mayor riesgo.

“Considero que todavía no sabemos qué va a pasar”, dijo Sarton Mierau. “Me preocupa que habrá una mayor necesidad de la que podemos cubrir, por lo que debemos encontrar otras formas de ayudarnos unos a otros”.

Al no poder ver a sus amigos, ir a la escuela o participar en actividades normales durante el verano, las redes de protección, rutinas y expectativas para muchos niños fueron removidas, aislando a los niños en sus casas en donde las crisis mentales pueden pasar inadvertidas. A nivel nacional, por primera vez, durante abril los menores realizaron más de la mitad de las llamadas a línea nacional de ayuda por agresión sexual, ello de conformidad con lo informado por la Rape, Abuse & Incest National Network (RAINN). NBC News reportó que las instancias de pornografía infantil marcada llegó a ser más del doble en marzo en comparación con la misma época durante el año anterior. A nivel local, el Departamento de Policía de Omaha atendió a 18% menos reporte de maltrato infantil y abandono en marzo después de que se establecieron medidas de salud directas en comparación con el mismo periodo de 2019, de conformidad con los datos sobre crímenes del departamento.

Esa brecha ha disminuido desde entonces a solamente un 5%, pero los oficiales comentan que consideran que hay más casos pues las familias se enfrentan a un mayor estrés financiero, así como a otros tipos de estrés. Además, no están recibiendo las referencias que usualmente llegan de las escuelas.

“Si las cosas no cambian y permanecemos en este alto nivel de distanciamiento social, yo considero que habrá más abuso y abandono”, dijo Gene Klein, Director Ejecutivo de Project Harmony, quien auxilia a los niños abusados y abandonados en el área metropolitana. “Los niños no siempre obtienen lo que necesitan si el nivel de estrés familiar continúa siendo alto. Veremos más lesiones y casos como este”.

Algunas organizaciones, tales como el Charles Drew Health Center en el Norte de Omaha, comentan que están lanzando más anuncios, mientras que los representantes de la oficina de Boys Town en el Sur de Omaha comentan que han visitado bancos de alimentos para entregar información directamente a las familias en necesidad. Pero todavía hay mucho por hacer.

“Es una situación aterradora, pues quieres asegurarte de que todos los niños estén seguros y que puedan ir a la guardería o a la escuela o al YMCA si no tienen un adulto que les esté cuidando”, dijo Regina Costello, Directora de Servicios de Apoyo Comunitario en Boys Town en la oficina del Sur de Omaha. “Lo mejor que podemos hacer es estar al tanto de los niños con los que estamos trabajando”, nos dijo. “Es una situación muy difícil”.

El miedo de aquello a lo que puede llevar esto – un peor desempeño en la escuela y más problemas de salud del comportamiento – aplica al doble para las áreas en las que los recursos ya eran escasos y en las que más familias luchan contra la pobreza. Son las mismas áreas en las que las minorías están siendo contagiadas por el virus a tasas desproporcionadas, en algunos casos muchas veces más altas que su parte de la población.

Pero Larry Duncan, Director de Servicios de Salud del Comportamiento en Charles Drew, no considerar que la pandemia cambie su enfoque. El trauma de la pobreza y la discriminación histórica es algo que ha afectado al Norte de Omaha por décadas. Una pandemia es solamente una capa más.

Las herramientas que usará son simples y de eficacia probada: Lo más importante es mostrar un interés en la vida de un niño cercano a usted y mantenerle conectado con su comunidad.

“Nuestro enfoque en el campo de la salud mental es identificar cuáles son esos factores de resiliencia y promoverlos de forma constante”, dijo Duncan. “Pues eso no va a cambiar en base a la situación actual. El problema es un problema sin importar qué es”.

Lo que no vemos

Sin niños en las escuelas, guarderías, grupos de jóvenes o en alguna otra área comunitaria, es difícil poder apreciar los efectos de la pandemia sobre los niños. Organizaciones como Project Harmony, que trabaja con las fuerzas del orden público para responder a algunos de los casos más desesperados, espera que los meses del verano y la reapertura comience a revelar qué ha estado pasando tras puertas cerradas, pero hasta ahora los miembros del equipo de trabajo no saben que está pasando.

“Todo ha sido pausado para muchos de nosotros. Y estamos preocupados sobe cualquier retraso que podamos tener en la pelea contra el abandono y en brindar a los niños acceso a cuidados de salud mental”.

Gene Klein, director ejecutivo, Project Harmony.

Es una realidad, intensificada por el hecho de que los habitantes de Nebraska de todas las edades han sufrido para tener acceso a cuidados de salud mental en el Estado. En el 2016, la tasa per cápita de psiquiatras en Nebraska era de nueve por cada 100,000 personas en comparación con alrededor de 15 para la misma población a nivel nacional. Para el 2030, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE.UU. estima que la demanda para los servicios superará la oferta de la mayoría de los proveedores.

La presión se siente a mayor nivel en las áreas rurales de Nebraska en donde la tasa del número de psiquiatras es menor a una quinta parte del promedio nacional en el 2016 en el que muchos condados ni siquiera cuentan con proveedores. Las tasas todavía están por debajo del promedio en ciudades como Omaha y Lincoln, aunado a problemas adicionales, incluyendo la representación de la diversidad.

Aunado a un aumento en la ansiedad y depresión en los niños durante los últimos años, los problemas que surgen de la pandemia probablemente afectarán al ya insuficiente sistema de cuidados en salud mental, dijo Howard Liu, presidente de psiquiatría en el University of Nebraska Medical Center.

“No era suficiente antes y no creo que vaya a ser suficiente después”, nos dijo.

Durante la última década, la solución a estos problemas ha sido la colaboración entre las organizaciones de salud mental, las escuelas, el gobierno local y un gran grupo de socios. Estos esfuerzos fueron liderados en gran parte por el Behavioral Health Education Center of Nebraska (BHECN), fundado en el 2009. Del 2010 al 2018, el Estado agregó a más de 300 personas a su fuerza laboral en salud mental. También ha habido un incremento en el personal en salud mental en las escuelas, además de una capacitación más a fondo para maestros y miembros de la comunidad sobre cómo identificar y responder a un niño que está experimentando problemas de salud mental.

Últimamente el reto más grande ha sido comprender cómo la pandemia está afectando a los niños. En base a lo que ha observado y escuchado, Liu comentó que puede separar las cosas en tres categorías.

Los niños que ya estaban en crisis o enfrentándose a la pobreza, a malas relaciones con sus padres o a otros problemas, podrían estar cayendo en una crisis aún más profunda. Los niños que tienen vidas estables en el hogar y padres que participan con ellos probablemente están mejor. Y luego tenemos a niños que varían de día a día, con momentos en los que algunas cosas, como no ver a sus amigos o no saber si podrán ir a la escuela en el otoño, puede parecer trivial unos días y ser catastrófico en otros días.

Predecir cómo progresará eso en el futuro depende en gran parte sobre si regresan las rutinas normales, en especial las escuelas.

Muchos distritos podrían abrir en los días agendados, dijo Matt Blomstedt, Comisionado de Educación en Nebraska, a principios de mes. Pero otros, tales como Omaha Public Schools, han aludido a planes para clases virtuales este otoño, comprando más laptops y tablets para que los niños las usen en casa. El Estado también lanzó Launch Nebraska, un recurso en línea para ayudar con el aprendizaje en casa y brindar a las escuelas procedimientos y pautas para reabrir.

Mientras más largo sea el periodo en que los niños no están en la escuela y en sus rutinas normales, más se preocupan algunos sobre los efectos del constante estrés y la ansiedad. Después de los desastres naturales, ataques terroristas y otros eventos traumatizantes, los profesionales actúan para ayudar a la comunidad a hacer frente a todo antes de que las emociones se conviertan en memorias traumáticas.

La diferencia con la pandemia es que está en todos lados y ha estado pasando por meses. Eso preocupa a Sarton Mierau, pues podría ser demasiado tarde para que muchos actúen ante lo que podrían ser efectos traumáticos.

“No sé cómo implementar eso en esta situación, pues no ha acabado”, nos dijo. “El 9/11, después de unas semanas sabíamos que había terminado. Esto es diferente. Es algo continuo, pero debe haber una forma que sea similar”.

Amy Mart, Directora de Aprendizaje Profesional en el Buffett Early Childhood Institute, ve la pandemia de forma diferente. Está afectando a adultos y niños en formas menos severas que otros eventos traumáticos, tales como la violencia crónica o los desastres naturales. Pero sus efectos serán prolongados y requerirán que los oficiales se enfoquen en la salud mental de una forma más paciente y dedicado.

“Este es un maratón, no una carrera corta”, dijo Mart.  

Podría haber algunos efectos positivos. Aunque estamos haciendo malabares con más responsabilidades, algunas relaciones de familia podrían estar fortaleciéndose con el tiempo adicional en casa. Sarton Mierau dijo que muchos de sus clientes jóvenes están mejorando gracias al aumento en atención que están recibiendo ahora.

El cambio a telesalud ha sido también ha sido más sencillo de lo esperado para muchos proveedores. En Charles Drew, el personal de Duncan apreció una pequeña caída tras la transición a más telemedicina. Nos dijo que pasaron de 950 visitas en febrero a 650 visitas en marzo. Sin embargo, eso aumento a alrededor de 800 para abril y espera que continúe aumentando al regresar las personas por ayuda o que lleguen nuevas llamadas para establecer servicios.

Para Duncan, los retos que trae la pandemia son marginales en comparación con las necesidades en el Norte de Omaha.

El centro de salud federalmente calificado, uno de dos en Omaha, junto con OneWorld en el Sur de Omaha, que recibió fondos del gobierno para brindar cuidado a las comunidades desatendidas, tiene una base de pacientes de la cual casi un 77% estaba en pobreza y más de la mitad no tenía cobertura médica en el 2018.

El no tener que comer y el desempleo son cosas que están hoy en día en los titulares, pero es algo que ha sido típico aquí durante décadas. Esto es reforzado por el trauma histórico, dijo Duncan, la desesperanza aunada a años de racismo, exclusión y violencia que secuestró a muchos afroamericanos en el Norte de Omaha sin opciones viables para buscar un empleo, un ascenso social o representación ciudadana.

Esta comunidad siempre ha sufrido. No hay razón alguna para comenzar a cambiar las tácticas ahora.

“No necesitamos de una pandemia para comenzar a hacer las cosas. Esa es una población diferente. No es esta población. Esta población ya tiene grandes necesidades”.

 Larry Duncan, Director de Servicios de Salud del Comportamiento en Charles Drew

El camino por delante

Durante la última década, la salud mental en Nebraska ha tenido grandes mejoras, una mayor concienciación y, en algunos casos, mayor disponibilidad de servicios de salud mental, además de una conectividad entre proveedores y los lugares en que se reúne la comunidad, tales como las escuelas.

Pero todavía hay una difícil batalla por delante.

“No creo que nadie piense que toda la demanda ha sido cumplida”, dijo Mart. “Creo que especialmente en este contexto actual, ciertamente hay más necesidad de la que se puede servir”.

Charles Drew ha establecido clínicas dentro de cuatro escuelas en las que cualquier estudiante o sus hermanas o hermanos puede recibir tratamiento para todo, desde un dolor de garganta hasta una crisis de salud mental. En noviembre, la instalación también firmó un contrato para continuar brindando tratamiento de salud mental a los chicos detenidos en el Douglas County Youth Center después de un programa piloto por una alianza entre Charles Drew, Creighton University, CHI Health y UNMC.

“Nuestra meta ya es estar disponibles y brindar un servicio”, dijo Duncan.

En Project Harmony, su programa Connections tiene 80 alianzas en la comunidad a través de escuelas y trabajadores médicos que conectan a los niños con el cuidado de salud mental que necesitan”.

La capacitación también es un factor importante para preparase para lo que vendrá después de la pandemia. Cada año, Project Harmony lleva a cabo 400 talleres y seminarios de capacitación para ayudar a los educadores y miembros de la comunidad a poder detectar el abuso de niños y ahora están trabajando en línea. Klein no estaba seguro de qué tan dispuestas estarían las personas a tomar los cursos en línea, pero hasta ahora los números han sido uniformes con 700 personas usando la capacitación en abril.

Foto de un niño por by Unsplash.

En el Buffett Childhood Institute, Mart dijo que la capacitación en la que están trabajando para maestros ayudará a incrementar el enfoque en la salud mental y en educar a los niños que se enfrentan a la pobreza.

“Así como estamos apreciando un aumento en el desempleo”, comenta Mart, “veremos más retos económicos. Habrá escuelas que tendrán que trabajar más a fondo sobre esto de lo que lo han hecho en el pasado”.

Además de contactar con maestros, estos tipos de seminarios de capacitación llegan a socios en la comunidad, tales como Costello y su personal en la oficina de Boys Town en el Sur de Omaha. Costello dijo que están usando estas oportunidades de aprendizaje ahora que su carga de casos se ha reducido un poco para poder prepararse para lo que llegará en unos cuantos meses.

Esa disposición para prepararse para los problemas fue algo en que coincidieron todos los que planeaban asistir a la School Mental Health Summit anual, dijo Dan Schnoes, Director Ejecutivo en Educational Service Unit #3, una de las muchas agencias estatales que supervisan y apoyan las metas a largo plazo de diversas escuelas en el distrito en una región en particular.

La conferencia, iniciada por BHECN en el 2017, conecta a los educadores y profesionales en salud mental del Estado para que compartan ideas.

Schnoes, quien es co-anfitrión de la conferencia este año con la Kim Foundation, mencionó que los organizadores consideraron cancelar el evento. Pero quienes se registraron dijeron que lo necesitaban ahora más que nunca.

“Escuchamos un gran sí”, comenta, “para que el evento siguiera en pie”.

Hasta ahora más de 400 personas se han registrado para el evento virtual, el cual contará con tres conferencistas y 35 paneles. Eso es menor a lo que esperaba antes de la pandemia, pero considerando la situación actual, es una buena señal.

Pero a pesar de toda la capacitación y colaboración que pueden llegar a cabo, los oficiales comentan que la mejor forma de reducir los problemas de salud mental está en las personas adultas que rodean a las personas impactadas.

Sarton Mierau dijo que lo más importante que puede hacer un padre o madre es cuidar su propia salud mental para que no pasen el estrés a sus hijos o no correr el riesgo de crear un entorno de vida poco sano. Eso significa que las personas deben de pedir ayuda cuando lo necesitan, dejar de leer las noticias, respirar profundamente, salir y enfocarse en lo que pueden controlar.

“Lo que niñas y niños necesitan para estar bien es ver que sus figuras de apego, sus padres, sus proveedores de cuidados, están bien. Y cuando están bien, entonces los pequeños pueden enfrentar las cosas”. dijo, Sarton Mierau.

Si usted es un adulto, tal vez un vecino, miembro de familia, entrenador o maestro, que ha forjado una relación con un niño que le preocupa, vea como está.

“Eso es todo lo que se necesita”, dijo Klein, “tener un adulto de confianza en quien puedan apoyarse y su resistencia a un evento traumático como este es muy poderoso”.

Y si usted es un padre o un modelo a seguir, es importante saber cómo hablar sobre la pandemia. Sarton Mierau menciona a sus clientes que hay que ser honestos, pero enforcarse en lo que sabe y limitar cuánta información les da. Los niños más pequeños están en una etapa de desarrollo del cerebro en la que es más difícil compartimentar la información y separar los hechos de las opiniones o los peligros inmediatos de los hipotéticos, nos dijo.

Lo más importante es saber que hay ayuda disponible para todo el que la necesite. Muchos proveedores de cobertura médica han suspendido las cuotas para servicios de telemedicina durante la pandemia e incluso quienes no cuentan con seguro médico pueden trabajar con instalaciones como Charles Drew o OneWorld, que ofrecen opciones de escala de pagos que redondean los costos para poder llegar a su nivel de ingresos.

Para quienes necesitan de ayuda inmediata, existen líneas de ayuda locales, estatales y nacionales a las que pueden llamar para hablar sobre lo que está pasando y para ser conectados con recursos disponibles.

Línea de Ayuda por Abuso/Abandono Infantil – (800) 652-1999

Línea de Ayuda Nacional para la Prevención del Suicidio – (800) 273-TALK / (800) 273-8255

Línea de Ayuda Familiar de Nebraska – (888) 866-8660

Línea de Ayuda Nacional por Abuso Sexual – 800-656-4673

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Esperanza y resiliencia

Los efectos a largo plazo de esta pandemia sobre los niños y sus futuros son impredecibles.

Pero los expertos con quienes hablamos esperan que esta crisis resalte la importancia de invertir dinero y atención en el tratar la salud mental. Esperan que algún tipo de rutina y normalidad regrese a la vida de los niños este verano y otoño.

Pero llegar ahí requerirá de acciones individuales.

Tomar precauciones como usar una mascarilla, lavarse las manos y evitar las grandes aglomeraciones de personas será vital mientras el clima se vuelve más cálido y el Estado vuelva a abrir las diversas facetas de la vida pública. Pero cuidar nuestra salud mental debe ser igual de importante.

Contactar a alguien y preguntar “¿Cómo estás?”. Cuidarse a sí mismo. Estar al pendiente de los demás, en especial de los niños, que pueden estar teniendo problemas con esto. Sarton Mierau espera que eso pueda pasar, pero se pregunta qué tan bien podemos construir estas conexiones cuando incluso la pandemia ha sido politizada.

Mural. Foto de Unsplash.

“Esto en verdad es sobre enfocarse más en: ¿cómo puedo ayudar a que las personas aprendan a cuidarse los unos de los otros?”, nos dijo. “Y no se si ahora esa es una posibilidad”.

Otros son optimistas, pensando que esta experiencia compartida nos unirá.

Klein dijo que es alentador ver que los profesionales en salud mental se unan. Están tomando talleres de capacitación, asistiendo a conferencias, haciendo preguntas y participando. De alguna forma, es predecible que una industria que siempre ha confiado en la tenacidad y el ingenio trabaje sorbe el problema para el que nunca han podido contar con suficientes personas para poder resolverlo.

“Mantenemos la esperanza de que podremos superar esto”, comenta Klein, “y que nuestra comunidad podrá resistir y que bajos a recordar este periodo y nunca olvidarlo, pero eso no nos va a definir de ninguna forma”.

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