
La comunidad latina viene de una historia de educación tradicional: pública o privada. Por lo que la escuela en casa podría causar desconfianza y surgen las interrogantes: ¿qué voy a enseñar a mis hijos? ¿lo estaré haciendo bien? ¿será esto lo que de verdad funciona para mis hijos? Y no es para menos, pues una de las mayores preocupaciones de los padres es que sus hijos estén y sean bien educados.
Este es el caso de Noemí González Morales, una joven mujer mexicana que decidió dedicarse de lleno en la educación de su hijo José María (Chemita) que fue promovido a segundo grado de primaria con 7 años de edad.
La idea de ser la maestra de su hijo fue promovida por su marido. El sentimiento de Noemí por ver crecer a su hijo con valores cristianos fue su motivación principal, por lo que decidió informarse un poco sobre el tema. “Una amiga de la iglesia, Sarah, educó a sus hijos en casa y ambos están ahora en la Universidad de Neraska. Me gustó la idea y Sarah me ayudó a contactar a otras madres que hacían Homeschool”.
Contó en una entrevista para El Perico que su familia al principio no vio la decisión con buenos ojos. La tradición latina es la educación en la escuela, con maestros y múltiples niños en un aula de clases. Pero Noemí tiene otro pensamiento: cada niño tiene una manera distinta de aprender y quería descubrir cómo aprende Chemita.

En México esto solo para los adinerados, dice.
Noemí comenzó a enseñarle a su hijo desde temprana edad y decidió experimentar un año de kínder en casa. El niño ya era capaz resolver asuntos de lógica y a comprender lecturas en español. “Cuando entró en prekínder aprendió la interacción con otros niños, jugar. Lo llevaba a la biblioteca a un programa de hora de lectura en inglés. No había mucho currículo pues había más manualidades, interactuar y leer”, dijo.
El papeleo
Pues no, González tuvo que presentar una serie requisitos como certificado de nacimiento, declaración jurada y formularios, que solicita el Departamento de Educación de Nebraska (NDE) en el que se expresó su deseo de enseñar a su hijo bajo el programa de escuela exenta (educación en casa), las cuales se consideran escuelas no acreditadas, la cual se rige por la regla 13 del sistema educativo.
En este sentido, cuando el representante del menor solicita y recibe el estado de exención, éstos eligen que sus hijos no asistan a una escuela del estado o privada y, “al mismo tiempo, cumplen con la ley de asistencia escolar obligatoria (Sección 79-201 RRS)”, dice la página de NDE.
De acuerdo con el reciente documento de la NDE que muestra el número de estudiantes del periodo escolar 2018/2019 (pre-pandemia) en Nebraska, 9 030 estudiantes fueron censados en este programa lo que representa el 2,75% de la población escolar del estado.
El condado de Douglas tiene 2 225 estudiantes inscritos en este programa y es el que tiene más cantidad de familias que se sumaron al estado de exención escolar. Se prevé que durante la pandemia estas cifras hayan aumentado.
A partir de los 5 años los padres pueden educar a sus hijos con el currículo escolar que mejor se adecúe al menor, pero es a partir de los 6 a 7 años se comienzan con los trámites administrativos para entrar al programa. Hay que tener en cuenta que existe una fecha límite en la cual se deben presentar los recaudos exigidos por el departamento de educación.
Luego el tutor se debe hacer responsable de buscar el currículo según el grado del niño en el que se cubra las materias y habilidades de arte, matemáticas, ciencias, estudios sociales y salud.
Aunque el NDE no estará supervisando el método de enseñanza que tienen los padres tutores, de llegarse a demostrar que el niño no recibe la educación que debo, esto traería un problema legal.
“Sería algo tonto no estar enseñando a nuestros hijos cuando tenemos los recursos para hacerlos”, dijo Noemí.

Una alternativa que puede salir gratis
Kathryn Dillow, presidenta de la organización The Home Educators Network, Inc. y experta en el programa de la enseñanza en las casas cuenta que ella misma ha educado a sus hijos y ahora está por ingresar a la universidad. Cuenta que ha tenido una educación mixta (tradicional y con tutores) y para ella les resulta beneficioso poder atender las necesidades directas de sus hijos.
“Se les enseña la vida de adulto, a manejar sus finanzas, arreglar la casa y a ser individuos autónomos y críticos. Eso es algo que, creo que en las escuelas tradicionales no enseñan pues debes alinearte a un solo pensamiento”, comentó en una entrevista a El Perico.
Recalcó que el homeschool el progenitor debe hacerse cargo de la educación, alimentación y atención del menor. “Creo que la educación en casa es constante, el niño no pierde clases y tiene a una persona enfocada en su aprendizaje. Uno debe saber que debe crear un plan de estudio, rúbrica, calificarlo y llenar su boleta de calificaciones. Si el niño no sabe algo de ese grado, no hay problema, se puede repasar con otro material y buscar la manera de aprender”, dijo.
Como anécdota comentó que luchó con uno de sus hijos para aprender algunos problemas matemáticos. Para ella fue un desafío largo hasta que se logró que su estudiante aprendiera.
La educación en casa tiene también su precio. Un currículo escolar puede llegar a costar hasta $500 y eso no garantiza que pueda encajar en la enseñanza del estudiante. Sin embargo, hay grupos de apoyo para padres en los que los currículos pueden salir gratis.

Vale mencionar que la principal razón por la que los padres pasan a ser tutores de sus hijos es la religiosa, debido a la naturaleza secular de las escuelas públicas. La segunda es la insatisfacción con las opciones que dan las instituciones públicas y privadas en sus áreas. Y la tercera, pero no la última en la gama de razones, es la flexibilidad para compartir con la familia sin depender de horarios ni esquemas, además, de tener más cercanía sobre el modo en que aprenden los niños.
Dillow mencionó que durante la pandemia muchos padres también decidieron adoptar el programa de educación en casa por negarse a vacunar o inmunizar a sus hijos. “Esa es una decisión que se respeta, y existe libertad de creencias. Es la decisión de los padres si en su religión no se lo permite”, aseguró.
Currículos en inglés y otras lenguas
Aparte de la educación religiosa que se le puede dar al niño, Dillow menciona que hay currículos de Homeschool que hablan sobre la herencia afroamericana e hispana. “Menciono esto porque hablamos de culturas específicas. Algunos currículos de estos programas van más allá de la cultura occidental europea versus la afroamericana, hispánica y asiática. Necesitamos que la herencia afroamericana se incorpore más a esta educación que promovemos, y queremos que nuestros niños sepan de dónde vienen”, dijo.
Hay un abanico de opciones con este programa.
El lado oscuro de la educación en casa en Nebraska
Entre 1970 y 1980 grupos de padres y pastores cristianos fueron encarcelados por tomar la iniciativa de enseñar el currículo escolar en sus casas ya que la educación tradicional iba en contra de sus creencias. El NDE no daba crédito a esa educación.
Luego de tantas críticas y disputas legales, en 1984 se aprobó la regla 13 en el que se determinaba que la educación en casa iba a estar regulada por el NDE y explicaba lo que debía enseñarse como currículo, aparte de los aspectos religiosos. Luego de tantos proyectos de ley discutidos durante la siguiente década, en 1999 se aprobó la ley en la que permite que los padres pueden educar a sus hijos en casa por motivos diferentes a los religiosos.
Esto no es para todos
Para quienes estén considerando este método de enseñanza puede buscar apoyo en https://www.nebraskahomeschool.org y https://nchea.org, donde también recibe ayuda legal. Hay que tener en cuenta la disposición, tiempo y paciencia para enseñar.
Noemí es una de las pocas latinas que rompió el estereotipo tradicional de enseñanza, sin embargo, clama más tiempo para ella. “No me arrepiento de nada, disfruto estar con mi hijo, pero esto no es para todo el mundo”, dijo.