Al igual que la comunidad que le forjó, los sueños de Gary Kastrick, historiador y nativo del Sur de Omaha, no mueren fácilmente. El educador desarrolló el museo de enseñanza Project Omaha en South High, pero cuando se retiró la escuela ya no quiso seguir adelante con dicho proyecto. Durante años él resguardo en su hogar los miles de objetos en su colección mientras buscaba por un lugar en donde poder mostrarlos. Un intento por encontrar un sitio así terminó por no prosperar, pero al fin se ha encontrado un lugar en donde pudo nacer el Museo del Sur de Omaha. La organización sin fines de lucro abrió sus puertas el 15 de marzo dentro de una gran celebración. Se ubica en un edificio en 2314 M Street en el que él ayudó a su padre a limpiar. También es en donde él encontró su primer objeto.
Marcos Mora, dueño del edificio y quien es parte del South Omaha Arts Institute, quería que el conocimiento de Kastrick sobre la historia de la región tuviere un hogar permanente.
“Él tiene este conocimiento y necesitamos compartirlo con todos”, dijo Mora. “Si no preservamos esta historia ahora, va a desaparecer”
Una subvención de la ciudad de Omaha $10,000 ayudó, pero aun con ello se requirió de días de 12 horas, con mucho sudor y esfuerzo de por medio. La familia, amigos y anteriores estudiantes de Kastrick también ayudaron. El artista Mike Girón diseño los espacios de la exhibición.
Actualmente se buscan fondos para el museo y se aprecian las donaciones.
Los fundadores están complacidos por la buena reacción en este inicio.
“Las personas están emocionadas”, dijo Kastrick.
“Las personas visitan con ciertas expectativas y salen llenas de gratitud”, dijo Girón.
Están recibiendo ofertas por más objetos que recibir.
La entrada gratuita al muse marca la tercera parte de la campaña de tres enfoques que maneja Kastrick para generar el interés en “un renacimiento del Sur de Omaha”. Entre el museo, los tours de caminatas históricas que él guía y el Proyecto de Murales en el Sur de Omaha en el que funge como consultor, él busca llevar a que más personas visiten este distrito cuya historia es tan rica. “Mi meta principal es generar tráfico”. La primea exhibición del museo “The Smell of Money” (El olor del dinero), la cual estará disponible hasta el 15 de abril, habla sobre los corrales para ganado y las plantas de empacado de carne que en su momento brindaron empleos a gran parte de las personas en el Sur de Omaha.
Kastrick comentó: “Había orgullo en esta industria. Los propietarios hacían todo de primer nivel. Invertían dinero en ello. Llevaban a cabo la implementación de innovaciones. Creaban establos para ovejas de vanguardia. Hacían todo bien. Es por eso que los corrales para ganado en Omaha continuaron creciendo. No se esperaba que llegare a ser más grande que Chicago pero para 1955 se convirtió en el mercado más grande de ganado en el mundo”.
Él estima que generaba $1.7 millones de dólares al día.
“Era un área extremadamente adinerada”.
Esto motivó la creación de negocios y servicios complementaros: bares, cafés, ferreterías, almacenes de alimentos, plantas de transformación, molinos para cuero, un ferrocarril, un periódico, una oficina de telégrafos, almacenes, bancos y burdeles. The Gully, el distrito rojo del Sur de Omaha, ofrecía todo vicio. El Hotel Miller era un lugar notorio.
El crecimiento tan rápido del Sur de Omaha le hizo ganarse el nombre de la Ciudad Mágica.
Las familias rurales que llevaban al Ganado al Mercado también visitaban por provisiones y algo de diversión.
“Era su visita a la gran ciudad”, dijo Kastrick, “así que realizaban compras, jugaban y apostaban aquí. Visitar el Sur de Omaha era un deleite”.
Para los obreros, el trabajo era riguroso y peligroso.
“Había camaradería y un trabajo arduo. Definía quiénes éramos y esa definición nos dio un color y un sabor con los que no contaban otras partes de la ciudad”, mencionó Kastrick. “Siempre hemos sido más fuertes que aquellos para quienes las cosas fueron fáciles”.
Las plantas de empacado atrajeron a inmigrantes europeos y a migrantes afroamericanos. Y después las anticuadas plantas se volvieron obsoletas y fueron demolidas. La pérdida de empleos y comerció desencadenó un declive económico. El distrito comercial de South 24th Street se convirtió en un pueblo fantasma. Los nuevos inmigrantes dieron inicio a un renacimiento. Solamente el edificio del Livestock Exchange permanece hasta hoy en día pero con un fin diferente. El museo de Kastrick recuerda el pasado mediante un modelo a escala de los corrales, fotos, letreros, posters y narrativas. Él cuenta con cientos de horas de entrevistas de las cuales poder tomar información. “Es una historia fascinante”.
Él visualiza contar con clases y eventos especiales, incluyendo una búsqueda del tesoro y una noche de trivia.
Las exhibiciones futuras hablarán desde los bares, burdeles y barberías en el área hasta el Cinco de Mayo y los diversos grupos étnicos.
Kastrick, Mora y Girón se identifican con la herencia del Sur de Omaha obtenida por la mezcla y variedad de tantas personas pues es un lugar que abre las puertas a quienes llegan para vivir en la zona.
“Hay un gen en común en el Sur de Omaha y es el del inmigrante”, dijo Kastrick, cuyos abuelos vinieron de Polonia. “Sin importar de donde sean las personas, han decidido trasladarse para venir aquí y comenzar de nuevo. Eso requiere de mucho valor. Este es un gran lugar pues uno termina por encontrarse con muchas nacionalidades diferentes. Estamos en un área muy compacta por lo que es difícil no estar los unos con los otros”.
Mora, cuyos abuelos vinieron de México, comentó: “El Sur de Omaha está en nuestro corazón”.
Girón, el hijo de padres inmigrante cubano, dijo: “Lo que veo y con lo que me identifico aquí es el ‘underdog.’ Las personas que están dispuestas a sacrificarse, a trabajar arduamente, a hacer lo que se necesario, siempre sabiendo cómo divertirse. Esta no es un área en la que las personas dan las cosas por sentado”. Girón mencionó que el museo “no es solamente sobre historia y hechos, sino sobre las vidas de las personas”, agregando, “es como si estuvieres tocando o expresando sus experiencias”.
Mora comentó como una vez que se es del Sur de Omaha, siempre se será del Sur de Omaha. “Las personas pueden haberse mudado, pero todavía tienen esa conexión. Esas raíces todavía están ahí. Es una comunidad de vecindario y una red de familia extendida”.
Kastrick comentó: “Tenemos nuestra propia identidad única. Ser de aquí es algo especial. Disfrutamos quienes somos. Tenemos un orgullo particular pues siempre nos han hecho menos como la clase trabajadora, los pobres trabajadores y cosas similares. No nos importa. Hemos creado nuestro propio mundo con todo lo que necesitamos”.
Aun a través de los cambios y de la llegada de nuevos grupos étnicos, la única constante, nos dijo, “es la cultura y el concepto del Sur de Omaha sobre quiénes somos: personas buenas y fuertes” quienes “no se detendrán ante nada”.
Para conocer los horarios, visite www. southomahamuseum.org.
Lea más del trabajo de Leo Adam Biga en leoadambiga.com.

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