Maria Eugenia Tapia ha sobrevivido durante 5 años al cáncer de seno. Descubrió ella misma que tenía
una masa en el seno. Se practicó una mamografía donde no salió nada. Pero el cáncer estaba ahí
formándose muy silencioso. Ya vivía en Omaha cuando notó que tenía la masa. Efectivamente tenía un
tumor maligno. Se sometió a la cirugía, luego radioterapia y por último la quimioterapia.
“Cuando me dijeron que tenía cáncer pensé de inmediato que se iba a morir, por que siempre creí que el
cáncer es sinónimo de muerte”, dijo María Eugenia al compartir su historia para los lectores de El Perico.
Según expertos, cuando una mujer es diagnosticada con cáncer, muchas preguntas pasan por su mente.
Además de enfrentarse a una enfermedad que genera diversas emociones, su perspectiva hacia el
futuro cambia radicalmente.
“Soy madre soltera y fue un golpe muy duro pensar que mi hija se quedaría sola en este país, por que
toda mi familia esta en México, sin embargo, la fortaleza que ella me brindo fue vital para que yo luchara
hasta lograr mi recuperación”, dijo.
Por su parte, Irene Tapia, hija de María se dijo preocupada al saber que en su familia hay un historial de
cancer muy presente. “Mi abuela sufrió de cáncer de seno cuando tenía 65 años. En esa época todo era
más difícil y acabaron realizándole una cirugía radical que la deprimió y llevo a la muerte. Simplemente
se dejo morir emocionalmente. A mi mamá le dio con menos intensidad y pudo tener acceso a la
reconstrucción inmediata”.
María Eugenia sabe que no se va a morir, pero le preocupa que su organismo está expuesto a padecer
la enfermedad en cualquier momento.
“Es muy deprimente sentirse tan impotente, aunque ahora mi hija y yo sabemos que existen muchos
medicamentos nuevos y que Omaha tiene excelentes hospitales para atendernos, me sigue aterrando la
aplicación de la quimioterapia”.
Su mensaje para las mujeres con cáncer de seno es que deben informarse muy bien de la enfermedad,
saber exactamente cuál es su diagnóstico y cuáles son sus posibilidades de recuperación. Es importante
preguntar todas las dudas sean resueltas. Esto cambia la vida y muchos conceptos de cosas que no
tienen importancia. Un cáncer que se detecta a tiempo es curable. Hay que perder el miedo a asistir al
médico. Uno mismo se da cuenta cuando algo funciona mal en su organismo. El miedo nos paraliza. Ella
siguió su vida normal. No se encerró nunca. Siguió trabajando normalmente y siempre en su mente
estaba la frase “tengo que salir adelante”.
Según la Sociedad Americana de Cáncer, una de cada 8 mujeres estadounidenses (aproximadamente el
12.4%) desarrollará cáncer de mama invasivo a lo largo de su vida. De hecho, se espera que solamente
en este 2018 se diagnostiquen 266,120 casos nuevos.
“Cuidado!, las latinas son las más propensas a morir por cáncer del seno”, advirtió Jullie Greenwood,
ARNP del Centro Médico de la Universidad de Nebraska. Y resaltó: “Actualmente el cáncer de mama es
la principal causa de muerte entre las mujeres hispanas, en parte porque muchas no conocen el sistema
de atención médica de Estados Unidos o no hablan bien inglés.
María Eugenia ha retomado su vida normal sin ningún problema. “El tiempo pasa y las cosa vuelven a su
normalidad, aunque internamente no vuelves a ser la misma, porque sabes que puede volver a aparecer.
Y aun que no permito que eso me impida seguir adelante, si me sirve para vivir intensamente y buscar
ayudar a otras personas”, declaró.
Hoy, está dirigiendo un grupo de apoyo a mujeres con enfermedades del seno, sensibilizandolas a través
de programas de educación para que se aprenda a detectar el cáncer a tiempo, “ya que no podemos
evitar que ésta enfermedad afecte a muchas mujeres, pero si se detecta tempranamente, es curable. Las
mujeres deben estar atentas a cualquier síntoma y deben estar pendientes de sus senos desde el
momento de su desarrollo. El cáncer no se puede prevenir pero si se puede detectar a tiempo”, explico.
Ella, junto a su hija y un grupo de 7 mujeres voluntarias, hacen un papel impresionante. Llaman personas
que son diagnosticadas porque muchas veces tienen dudas, tristezas, problemas y les dan
acompañamiento. En el momento de la quimioterapia las están apoyando ya que es más fácil cuando se
ha tenido la experiencia.
Cuando la persona ha pasado por el mismo proceso sabe lo que es eso. Por ello, María puede darles
una esperanza porque sabe que la paciente tendrá un año difícil durante el tratamiento.
El problema es que las hispanas diagnosticadas son 20% más propensas que las mujeres blancas a
morir de la enfermedad, ya que es más probable que aprendan que tienen cáncer de mama cuando los
tumores son más grandes.
Tanto la doctora Greenwood como María Eugenia y su hija Irene sostienen que se debe educar más a
las mujeres latinas para que sepan cuándo hacerse una prueba de detección y disipar algunos de los
mitos que pueden tener sobre el cáncer de mama, para lograr

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