Marta Nieves, la defensora comunitaria y experta en desarrollo organizacional
de 81 años de edad, casi siempre encuentra el lado positivo.
«Soy una visionaria. Yo puedo ver muchas cosas positivas», dijo Nieves.
Nieves, quien es bilingüe, tiene raíces en Cuba. Ella nació en Tampa, Florida,
pero creció en la ciudad de Nueva York, en donde aprendió valiosas lecciones
de su abuela Theresa.
«Su filosofía me impactó”, dijo Nieves. “Ella era muy abierta y pensaba que
todos debían ser tratados con dignidad si son honestos y respetuosos. Todos
que venían de Cuba lo sabían: ‘Ve a casa de Theresa y ella te dará una
buena comida y su apoyo’”.
Nieves es parte de una línea de mujeres fuertes.
«Las mujeres en mi familia eran brillantes pero no pudieron avanzar mucho en
la escuela. Si hubieran tenido las oportunidades que yo tuve, estarían en los
libros de historia. Yo dije: ‘Eso no va a pasad para mí o para mis hijos’. Yo fui
la primera de mi familia en ir a la universidad. Siempre he sido una persona
determinada y no voy a cambiar ahora”.
Su familia se mudó de Tampa para escapar la discriminación. La mezcla de
culturas en Nueva York dio forma a su vida.
«Estoy muy agradecida por haber crecido en un ambiente multicultural. Esa
diversidad me ayudó a poder llevarme bien con muchas personas diferentes.
Yo he desarrollado una confianza natural en las personas. Esa creencia me
ha tenido en una posición privilegiada durante toda mi vida. Yo escojo hacer a
un lado cualquier noción preconcebida».
Antes de buscar una educación superior ella usó sus habilidades en
manualidades.
«Yo pasé por la Central Needle Trades High School en Nueva York. Cuando
me gradué fui colocada en una de las mejores casas (de moda), pero me
casé después y me mudé a Washington D.C. Siempre he sido muy
trabajadora, así que laboré en una sombrerería en Maryland.»
Ella se mudaba de estación a estación con su marido que era parte de las
Fuerzas Aéreas de los EE.UU., incluyendo a Ankara, Turquía, las Filipinas y
Great Falls, Montana. Para cuando en 1969 se mudaron a Bellevue para su
última asignación en el cuartel general SAC, la pareja ya tenía cuatro hijos. Al
retirarse, Nebraska se convirtió en su hogar.
Durante todos sus viajes y experiencias, ella nunca perdió sus creencias
centrales.
«Me importa lo que le pase a las personas. Yo tengo un grado en psicología y
una Maestría en Trabajo Social. Escogí trabajo social en específico pues me
permite trabajar sobre el lado positivo de las cosas. Muchos trabajadores
sociales tratan de arreglar problemas. Mi filosofía es que en primer lugar se
necesita prevenir para que el problema no surja. Todas las diferentes
organizaciones con las que he trabajado han tenido en mente la prevención.
Si yo puedo hacer que el mundo sea mejor para otras personas, eso también
hace que sea un mejor ligar para mi familia y para mí”.
Aunque ella ha trabajado en gran parte para organizaciones sin fines de
lucro, ella tuvo una carrera de 11 años en United Healthcare, en donde guió
un «cambio cultural».
«Yo todavía me encuentro a personas que me dicen que nunca pudieron
encontrar un ambiente de trabajo como el que teníamos ahí”.
Para el consejo nacional de Girl Scouts ella ayudó a desarrollar programas
que permitieron que empleados latinos incrementaren su nivel educativo y
que pudieran ser promovidos. Un programa le permitió a ella terminar sus
estudios universitarios y convertirse en directora de programa local de Girl
Scouts.
Ella ha dado clases a muchos grupos en capacidad cultural, administración
del cambio, resolución de conflictos y trabajo en equipo. Ella facilita mejores
relaciones interpersonales dentro de las organizaciones. Los clientes
aprenden a identificar los prejuicios y las actitudes negativas y a adoptar
mentalidades positivas.
«Una gran parte del trabajo que he hecho en toda estas organizaciones es
construir autoconciencia. La toma de decisiones depende de la persona, pero
tiene que haber autoconciencia o nada cambia. Soy una persona de
sistemas. Si tengo una visión y puedo reunir a las personas a mí alrededor
para compartirla, entonces suceden cosas maravillosas. No me pueden decir
que algo no se puede hacer pues yo he hecho cosas que las personas decían
que no se podían hacer. Yo resuelvo problemas”.
Ella balanceó su trabajo de consultoría con la política en el Partido
Demócrata en Nebraska. Ella ayudó a formar y dirigió el Latinx Caucus del
partido en el Estado. Durante la última convención, ella pasó la antorcha al
nuevo equipo.
«Estoy muy orgullosa del nuevo equipo del Latinx Caucus», dijo Nieves. “Son
un grupo genial”.
Ella abrió el camino para que más latinos participaren en el partido como
voluntarios, votantes y candidatos.
Pero estos son momentos difíciles para su partido.
«Estamos luchando contra dos cosas: la fatiga que sienten las personas
debido a este Presidente y la inmensa división”.
Nieves quiere que las personas sepan que su voz importa y que pueden
generar el cambio que desean al votar.
Ella es mentora de jóvenes latinos, a través de Latinas Unidas y otros grupos,
a quienes ella considera son los futuros líderes.
«Tenemos tanto talento en la comunidad latina. Muchos son reconocidos pero
eso no es suficiente. La clave está en que se vea la oportunidad. Las
personas latinas son personas muy humildes y eso en ocasiones hace que
sea difícil que naveguen a través de este ambiente competitivo y que luchen
por lo que quieren. Es importante que los líderes emergentes conozcan a las
personas adecuadas para que puedan crecer a su potencial completo”, nos
dijo. “Yo siempre mantengo mis ojos abiertos a las posibilidades para mejorar
las vidas de las demás personas. Ese es mi legado”.
Sus hijos y nietos también son su legado. Las oportunidades que le han sido
dadas han beneficiado a su familia.
«En verdad es un regalo. Siento que se nos ha dado tanto que tengo una
responsabilidad de contribuir y quiero ayudar. Esa es la historia de mi vida. Yo
quiero que las personas sean felices y se sientan plenas. Me alegra ver que
eso pase”.
Su trabajo en relaciones humanas y participación cívica le ha permitido
recibir muchos premios y honores.
La energética Nieves se compromete: “Yo continuaré siendo mentor,
apoyando, empoderando y fomentando. Es una pasión”.
Lea más del trabajo de Leo Adam Biga en leoadambiga.com.