Un trabajador de Kellogg’s a un lado de sus compañeros de trabajo y sus letreros de huelga que presentan las demandas de los huelguistas de tener mejores salarios, mejores condiciones de trabajo y más beneficios. Foto por Chris Bowling.

En octubre, la hija de 13 años de Becki DeSantiago llegó rápido a casa de la escuela para contarle a su madre sobre la tarea para sumar puntos extras a su clase de historia de octavo grado: Se trata de una de las muchas huelgas laborales en curso en Estados Unidos.

“Ella dice, ‘¡Mamá, tengo esta tarea!’”, dijo DeSantiago a principios de noviembre con una sonrisa mientras estaba parada bajo el sol sosteniendo un letrero de huelga que decía “En huelga contra la compañía Kellogg’s por salarios, beneficios y condiciones laborales”.

Mientras que otros niños pudieron haber investigado en Internet, DeSantiago se sentó con su hija y habló sobre por qué ella y sus compañeros de trabajo decidieron ir a huelga.

“Ella estaba muy emocionada de volver a la escuela para compartir que su mamá es parte de esto”, dijo DeSantiago.

“No aceptaremos menos de lo que recibimos ahora”, dijo DeSantiago, un empleado de 15 años de antigüedad en la planta de fabricación de Kellogg’s en Omaha. Los trabajadores de Kellogg’s como DeSantiago se encuentran entre los miles de trabajadores a nivel nacional que se fueron a huelga este otoño. Foto por Chris Bowling.

Los empleados de Kellogg’s, como DeSantiago, se encuentran entre los miles de trabajadores en huelga en todo el país que exigen mejoras salariales, condiciones laborales y más beneficios. Y esto puede ser un punto a favor porque ahora mismo le difícil a las empresas conseguir trabajadores.

A medida que la pandemia se va mermando, las personas de todas las industrias están renunciando y no regresan a sus trabajos, lo que genera más puestos en comparación con la fuerza laboral disponible y crea embudo laboral o lo que los medios llaman “La Gran Renuncia”.

En ningún lugar se siente más que en Nebraska.

El estado alcanzó una tasa de desempleo récord de 1,9% en octubre. Esto marca la tasa de desempleo más baja de cualquier estado de los Estados Unidos ven la historia registrada. Sin embargo, Nebraska también continúa lidiar con con la escasez de trabajadores para llenar puestos. 

En augosto, mientras unos 22 400 habitantes de Nebraska estaban desempleados, hubo 66 000 vacantes de trabajo. Eso fue aproximadamente tres puestos vacantes por cada persona desempleada en Nebraska, lo que marca la mayor escasez de mano de obra entre todos los estados en ese momento, según un informe de la Oficina de Trabajo y Estadísticas.

“La Gran Renuncia”, las huelgas y escasez de mano de obra son problemas con los que han tenido que lidiar las personas de Nebraska: jóvenes que dejan el estado debido a “fuga de talentos”, políticas de inmigración que limitan a las comunidades y sus economías y lugares de trabajo no muy equitativos.

Estos retos han persistido durante años. Pero su colisión en este momento es lo que hace que sea tan importante enfrentar el problema de la fuerza laboral de Nebraska.

Para trabajadores como DeSantiago, no hay vuelta atrás. Es su sexta semana parada frente a la entrada de la planta de fabricación de Kellogg’s Omaha. Ella, como muchas otras, está dejando de percibir su salario que durante los últimos 15 años le han permitido mantener a sus dos hijas como madre soltera. Pero ella y sus compañeros de trabajo dicen que es un sacrificio que están dispuestos a hacer.

Con sus lentes de sol, DeSantiago saluda a sus compañeros de trabajo en huelga. Lleva zapatos cómodos, un chaleco de construcción de neón y una gorra de invierno con el nombre de su sindicato cosido en rojo, blanco y azul: BCTGM 50G (Sindicato Internacional de Trabajadores de Panadería, Confitería, Tabaco y Molineros).

DeSantiago ha representado a BCTGM 50G en negociaciones con Kellogg’s Co. desde que comenzó la huelga en octubre. Los sindicatos siempre han “estado en su sangre”, nos dijo. Su padre fue el presidente del sindicato mientras trabajaba en esta planta durante su infancia.

Las huelgas se produjeron después de que la empresa reportó más de $1,7 billones en ganancias para el 2020. Mientras, algunos empleados de la planta de fabricación, considerados “trabajadores esenciales” durante la pandemia, trabajaban 12 horas al día, 7 días de la semana y, según DeSantiago, sacrificaron tiempo con la familia y arriesgaron su salud.

Recientemente, el sindicato rechazó la votación sobre la “Última Mejor Oferta Final” de Kellogg Co. a los trabajadores en huelga. La compañía dice que no se programarán más negociaciones. Aun así, los miembros del sindicato planean continuar con la huelga. DeSantiago dijo que se busca un futuro mejor para los trabajadores.

“No vamos a aceptar menos de lo que recibimos ahora”, dijo DeSantiago. “¿Por qué deberíamos renunciar a algo cuando [los ejecutivos de Kellogg’s] obtienen un aumento del 20% en [sus] salarios y [sus] bonificaciones?”. The Reader no pudo corroborar el monto de las bonificaciones de los ejecutivos de Kellogg’s.

¿Qué exactamente está pasando ahora en la fuerza laboral?

Es común que una economía que se está recuperando de una recesión atraviese ciclos de un ajustado mercado laboral. Pero la pandemia agravó estos problemas en un momento en que la fuerza laboral de Nebraska ya estaba bajo presión.

“Creo que el tema más importante para los próximos cinco a diez años en el estado de Nebraska debe centrarse en la fuerza laboral”, dijo Christopher Decker, profesor de economía en la Universidad de Nebraska en Omaha.

Cuando los negocios volvieron a abrirse y las restricciones de COVID-19 se aflojaron, la necesidad de mano de obra se aceleró en los comercios minoristas y restaurantes. La esperanza de los dueños de negocios aumentar su operatividad fueron aplastadas por la realidad de que no había tantos trabajadores disponibles o interesados en regresar.

Decker dijo que las personas mayores de Nebraska están saliendo de la fuerza laboral, siguiendo las tendencias nacionales de los baby boomers que eligen una jubilación anticipada en lugar de encontrar un trabajo en la pandemia.

La pandemia también motivó a las personas a realizar cambios que les permitieran trabajar desde casa o encontrar formas de mantenerse fuera de la manera tradicional, dijo Decker. Aun así, comenta, otros han decidido retirarse por completo, recurriendo a los ahorros y otros ingresos para esperar un mejor puesto.

Pero no todo el mundo puede permitirse hacerlo.

“Para no participar en la fuerza laboral, es necesario tener una forma de mantenerse de alguna manera”, dijo Decker. “Si, por ejemplo, se elige no volver al trabajo inmediatamente después de la pandemia, en busca de o con la esperanza de encontrar una situación mejor, necesita tener recursos a los cuales recurrir, ya sean ahorros o riqueza generacional”.

Los inmigrantes y las minorías raciales y étnicas tienden a trabajar en empleos con sueldos y salarios más bajos y es probable que tengan ahorros menores en comparación con sus contrapartes blancas, dijo Decker. Es posible que para una gran parte de la población latina tales recursos no estén tan fácilmente disponibles para poder dejar un empleo, quienes tienen tasas de participación laboral más altas que sus contrapartes blancas, de acuerdo con la investigación de Decker.

Mientras tanto, entre los altos niveles de “fuga de talentos” del estado y la comunidad negra que elige irse debido al racismo que han experimentado, los jóvenes de Nebraska deciden dejar el estado para ir a la universidad, a nuevos trabajos y otras oportunidades que no pueden encontrar aquí. Al mismo tiempo, suficientes jóvenes no son contratados para reemplazarlos.

“¿Cómo podemos mantener a esa población joven y vibrante aquí (en Nebraska) para apoyar el crecimiento a futuro?”, se preguntó Decker.

Formando lugares de trabajo más equitativos

Bianca Harley tenía la misma pregunta de Decker, pero ella quiere saber cómo se podría relacionar con los jóvenes afroamericanos de Omaha y los residentes de otras identidades marginadas. Como directora de diversidad e inclusión en la Cámara de Greater Omaha, Harley considera que abordar las desigualdades en sus raíces es la solución clave para los desafíos de la fuerza laboral de Nebraska.

“Sistémicamente, todavía existen barreras y problemas que podemos abordar para que podamos ver una solución para la fuerza laboral”, dijo Harley.

Una encuesta comunitaria realizada por la cámara en 2015 reveló que los jóvenes profesionales negros tenían entre cinco a seis veces menos probabilidades de recomendar Omaha que sus pares blancos. Después de dos años de grupos de enfoque e investigación y divulgación colaborativas, estaba claro que las tendencias no habían cambiado, mencionó Harley.

En 2017, solo el 43% de los jóvenes profesionales negros encuestados sentían que tenían las mismas oportunidades de promoción y ascenso.

La misma encuesta mostró que el 52% de los jóvenes profesionales negros aspiraban a ser dueños de una pequeña empresa, mientras que el 5% de la población minoritaria de Omaha poseía una empresa, que es más bajo que el promedio nacional del 7%.

Estos son los tipos de brechas en la fuerza laboral de Omaha que Harley y su equipo pretenden cerrar con la iniciativa CODE (Compromiso con la Oportunidad, Diversidad y Equidad), que fue lanzada en 2016 para ayudar a las empresas a crear lugares de trabajo más equitativos.

“Muchas veces [los dueños de negocios dicen] ‘tenemos esta conciencia de diversidad, que nos dará un lugar de trabajo inclusivo’, y luego encuestamos a los empleados y ellos dicen: ‘sí, esa declaración de diversidad no tiene necesariamente el impacto sustancial en nuestras experiencias ‘”, dijo Harley.

Si bien la pandemia por el coronavirus iluminó y exacerbó las disparidades de salud en las comunidades negras, el asesinato de George Floyd y las movilizaciones posteriores por la justicia racial amplificaron la necesidad de cambios en muchas facetas de la vida, incluyendo el trabajo.

Ese fue el catalizador que empujó a los líderes de muchas organizaciones de Omaha a reflexionar sobre cómo habían tomado o no acciones reales en sus lugares de trabajo, más allá de hacer una simple declaración, dijo Harley.

La Coalición de Patrones de CODE proporciona un camino para que las empresas midan su progreso y se hagan responsables. Se les pide que hagan tres compromisos:

1. Crear una estrategia de diversidad e inclusión;

2. contratar a alguien para liderar ese trabajo; y

3. participar en una valoración que revisa su crecimiento.

Los esfuerzos de CODE se están volviendo especialmente importantes a medida que el área metropolitana de Omaha se vuelve más diversa. Un estudio publicado por PolicyLink, un instituto de investigación nacional, y el Programa de la University Southem of California para la Equidad Ambiental y Regional, mostró que las comunidades de color están impulsando el crecimiento de la región de Omaha-Council Bluffs, y según la Cámara de Omaha, se proyecta que para 2050 el 41% de la población estará formada por minorías raciales.

Eso significa que se necesitan más oportunidades que ayuden a los jóvenes de Nebraska, especialmente a los de las comunidades diversas, a verse a sí mismos dentro del futuro de Omaha.

“¿Tenemos una mejor oportunidad de reclutar a alguien a Omaha que diga, ‘¿Dónde está Omaha?’ o alguien que tenga raíces aquí, que tenga familia aquí, que tenga conexiones con la comunidad”, nos dijo.

Aunque la fuga de talentos está alejando a los estudiantes, Harley cree que el nuevo programa de CODE “Growing Home” podría generar una oportunidad para traerlos de regreso a casa. Ella dijo que el programa de tutoría y desarrollo es para estudiantes de Nebraska que eligen asistir a universidades históricamente negras, instituciones que sirven a hispanos y universidades fuera del estado.

Durante las vacaciones de invierno y verano, los estudiantes dedicarán tiempo a hacer crecer sus redes profesionales en Omaha, participar en el servicio comunitario y desarrollar sus currículos. En el verano, realizarán una pasantía en una empresa con base en Omaha.

Cuando llegue el momento de graduarse, Harley espera que los estudiantes digan: “mi conexión está con Omaha, tengo un mentor en Omaha, hice una pasantía en Omaha”, lo que devolvería a Omaha al mapa.

Dado que el programa comenzará con su grupo de primer año en enero, no se sabe aún qué tan exitoso será, aunque Harley mencionó que la Cámara pronto publicará informes y datos. Harley espera que cree un camino para que los estudiantes que quieran explorar fuera de Nebraska durante la universidad se vean a sí mismos dentro del futuro de Omaha a su regreso.

El año pasado, más de 200 de los CEO de Omaha se comprometieron a resolver exactamente este tipo de problemas a través de la declaración “Lo Haremos”. Y mientras que Omaha espera ver qué soluciones llegan desde arriba, la gente común ya está construyendo el futuro de la fuerza laboral de la ciudad, aunque de una manera mucho más tranquila.

La contribución de los inmigrantes

Religiosamente los martes a las 6:30 de la tarde Alma Mejía se sienta en un aula del sótano con otras cuatro mujeres la sede del Latino Center of the Midlands (LCM) en calle 24 Sur. Sus compañeras, todas adultas, sacan cuadernos de espiral para comenzar su clase de inglés como segundo idioma.

Inscribirse en la clase de inglés del LCM es un paso fundamental en el plan de Mejía de volver a la escuela de enfermería, su carrera de muchos años en El Salvador antes de llegar a Omaha. Aquí ha trabajado en restaurantes desde 2001 para apoyar a su hijo a través de la escuela secundaria y la universidad.

“Es mi turno de ver si puedo lograr mis sueños”, dice en español.

Mejía es una de las muchas personas de la creciente población inmigrante de Nebraska que trabaja para mejorar sus oportunidades dentro de la fuerza laboral.

Éstos continúan siendo contribuyentes importantes a la economía de Nebraska, generando más de $2.4 billones para la economía del área metropolitana de Omaha en 2019, según un informe reciente de la Oficina de Estudios Latinos / Latinoamericanos (OLLAS).

El beneficio se siente especialmente en los pueblos rurales donde los inmigrantes representan la mayor parte del crecimiento de la población, sin los cuales las empresas podrían cerrar y los servicios vitales de la ciudad como escuelas y bibliotecas disminuirían.

Pero encontrar un lugar en el campo laboral no es una tarea fácil. Para Mejía, la barrera del idioma y la política de inmigración le impidieron continuar su carrera de enfermería en Nebraska, campo en el actualmente se tiene una grave escasez.

“Parte de mi meta es ayudar a mi propia comunidad a comunicarse con los profesionales médicos, porque hay muchas personas que no hablan español”, dijo. “Si voy a un hospital y veo a un hispano o latino, tengo más confianza para hablar con ellos o decirles cómo me siento”.

En el aula vecina, casi una docena más de hombres y mujeres charlan en sus asientos antes de que comience su clase de ciudadanía. Sergio García ha viajado desde Fremont para su clase. Hay más recursos para hispanohablantes en Omaha, nos dice, y quiere mudarse aquí pronto. Actualmente trabaja en una fábrica, pero se está preparando para su examen de ciudadanía para poder conseguir un trabajo como conductor de camión con licencia.

Nebraska tiene un largo camino por recorrer para garantizar que todos los inmigrantes puedan buscar empleo y sentirse incluidos en la comunidad, dijo Jane Seu, investigadora legal de inmigración en la American Civil Liberties Unionde Nebraska.

“No hay falta de voluntad para trabajar”, dijo Seu. Pero el liderazgo del gobierno estatal que apoya las políticas antiinmigrantes levanta barreras que hacen que sea más difícil para los inmigrantes, independientemente de su estatus, poder trabajar y buscar empleo, incluso durante la actual escasez de mano de obra.

Es por eso que ella y otros defensores están presionando por que se logren cambios en las políticas de inmigración de Nebraska.

Desde la perspectiva de un economista, Decker considera que esta es una conversación que debí haberse dado hace mucho tiempo.

“Hemos estado hablando durante más de 30 años sobre lo necesaria de una reforma migratoria”, dijo Decker. “Es cada vez más vital encontrar alguna solución que equilibre las preocupaciones económicas, políticas, sociales, culturales y legales. Se necesita más de una mente en la mesa. Pero necesitas una discusión racional “.

Soluciones en cadena

Comprender cómo aliviar parte de la presión ejercida sobre Nebraska por un ajustado mercado laboral es complicado. Pero eso se debe a que el trabajo en sí es complicado.

Unir una red de gerentes de organizaciones para hacer que los lugares de trabajo de Omaha sean más equitativos es tan importante como enseñar inglés y clases de ciudadanía en un aula en el sótano del sur de Omaha. Frenar la fuga de cerebros es tan importante como reformar la inmigración. Y ninguna solución está aislada: todas tienen impacto las unas con las otras y la solución requiere de equilibrarlas todas.

Si no lo hacemos, el impacto es de gran alcance. Si las empresas no pueden cubrir puestos, significa menos empleos. Menos empleos generan menos gastos y menos gastos significan menos demandas por todas las cosas que compramos, lo que podría dejar a más trabajadores sin un empleo.

En resumen, solo puedes jalar fuerte de una cadena hasta que se rompe.

“Si quitas un anillo de una cadena, toda la cadena se separa”, dijo Decker. “Esa es una especie de implicación para el impacto económico”.

Deja un comentario