El Perico feature on Washington Garcia
Sources: Interviewed Garcia, press-web content
Photo contact: wagarcia@unomaha.edu
NOTE: You can access high res photos of him on his website – HYPERLINK
«http://washingtongarcia.com/»
El destino de Washington García, Director de la Escuela de Música de UNO,
fue establecido la primera vez que tocó las teclas del piano de su abuela
cuando tenía 4 años de edad en su nativo Ecuador.
«Yo siempre me he considerado bendecido por saber desde temprana edad
cuál era mi propósito en la vida”, dijo García. “Ese es un regalo que no
muchas personas tienen. Mi familia supo que mi misión era un día venir a los
Estados Unidos de Norteamérica. Me entrenaron desde pequeño para
prepararme. Hicieron que aprendiera inglés. Me orientaron para que pudiera
madurar para poder estar en un puesto de liderazgo”.
Aunque nació en una familia musical, él es el único que hizo de la música una
carrera. Su padre es un neurocirujano jubilado. Su madre es una contadora
retirada.
Su talento fue tan evidente que a los 6 años de edad él ingresó al
Conservatorio Nacional de Música en Ecuador. Su primera presentación en
público fue cuando tenía 7 años de edad. Reconociendo el prodigio con el
que contaban, los líderes del conservatorio crearon un programa para él.
García avanzó lo suficientemente rápido para debutar con la Orquesta
Sinfónica Nacional de Ecuador cuando tenía tan solo 15 años de edad.
Él ganó en diversas prestigiosas competencias de piano. Él tuvo su debut
internacional en Chile. Desde entonces se ha presentado por toda Europa,
además de en Canadá, Israel, México, Colombia, Japón y China.
Y en todo lo que él ha hecho y en todos los lugares a los que ha ido él ha
sentido el apoyo de sus padres.
«Ellos supieron que la música iba a ser mi herramienta para conectar a
Ecuador con el resto del mundo. Mis padres abrieron muchas puertas para mí
gracias a su perseverancia”.
Él disfruta del estado de héroe nacional en su país nativo tras recibir la
medalla por Logro Cultural, el más alto reconocimiento que otorga la
Asamblea Nacional de Ecuador a una persona por excelencia artística.
Llegar hasta este punto ha requerido de mucho sacrificio n
«Yo no tuve una niñez normal. Practicaba el piano de cinco a seis horas al
día, además de tomar lecciones privadas de piano e inglés, además de las
clases y tareas regulares en la escuela y de asistir al Conservatorio Nacional.
Estas eran actividades académicas y artísticas intensivas en las que invertí
mi tiempo. No me arrepiento de ello. Yo haría exactamente lo mismo”
Él siente que en la música ha encontrado el gran punto en común.
«La música tiene el poder de conectarnos a todos”, nos dijo. “Cuando viajo el
idioma es una barrera, pero en cuanto interpreto música, eso nos conecta. La
música es el lenguaje del alma. Yo he creado muchas relaciones con
personas que no hablan nada de inglés. Entienden de inmediato que la
música es un puente entre las culturas”.
La Escuela de Música de la Universidad de Nebraska en Omaha que lidera
también trabaja sobre las conexiones.
“La música tiene muchos ángulos que impactan a la comunidad. Colocamos
maestros de música en las escuelas. Nuestra facultad sale de gira por el país
y por todo el mundo. Realizamos festivales internacionales de música y
recibimos a artistas que visitan para enseñar. Hemos podido mejorar nuestra
visibilidad a nivel nacional e internacional. Nos permite llevar el mundo a
Omaha. Somos como embajadores para la ciudad”.
Llegar a Omaha fue algo de lo mejor gracias a su gran amor por el país.
Él visitó por primera vez los EE.UU. a finales de los años 1990 como
Kennedy Center Fellow en Washington D.C. Eso le llevó al Peabody Institute
en la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, en donde obtuvo sus grados
de Maestría y Doctorado.
«Yo fui el latinoamericano más joven graduado del instituto en piano
performance.»
Él dio clases ahí antes de ser contratado por Texas State University. Se
convirtió en director asistente en la escuela de música de TSU. Y después
apareció “la oportunidad correcta” en UNO. Una búsqueda nacional para el
director fundador en la recién establecida escuela de música de UNO llevó a
los reclutadores a buscar a García. Él y su esposa Valeria se mudaron a
Omaha en diciembre del 2015, para tomar el cargo en enero del año
posterior.
Además de sus funciones administrativas, también es maestro de piano en
UNO.
«Yo hago mi vida en base a misiones y una de ellas es enseñar y dar a otros
lo que yo he recibido en cuanto a conocimiento académico y artístico”.
Él llegó a mitad del ciclo escolar durante una revisión de acreditación.
«Fue un reto”, nos comenta, “pero siempre he visto los retos como
posibilidades para aprender y crecer gracias a ellos. Pero si me sentí como si
alguien me hubiera lanzado desde un avión y yo no sabía si tenía o no un
paracaídas. Yo jalé la cuerda de lo que parecía ser un paracaídas y se abrió y
busque un lugar seguro en donde aterrizar. Toqué tierra y comencé a correr y
no me he detenido desde entonces. Todo ha sido a un ritmo muy rápido.
Hemos logrado muchas iniciativas y colaboraciones. Nos gustaría establecer
a la Escuela de Música como una de las mejores instituciones artísticas y
académica en Nebraska y en todo el país. Tenemos todo lo que se necesita
para lograrlo: un gran claustro de maestro y el apoyo de la comunidad y de la
universidad”.
Y él también todavía toca. Ha tocado con la Sinfónica de Omaha y realiza
presentaciones especiales a nivel nacional e internacional.
Cada presentación es una oportunidad para servir.
«Yo rezo cada vez que me presento y pido que Dios me ayude a inspirar con
el regalo de la música a quienes me escuchan. Yo quiero estar para los
jóvenes que desean una cartera en la música pero que pueden no tener los
medios, ser para ellos lo que mis padres fueron para mí”.
Él se siente muy afortunado.
«Los EE.UU. me proporcionaron una educación gratuita, un empleo y
continúa dándome la oportunidad de servir a los demás. Es por eso que este
es mi hogar. Cuando voy a Ecuador o que salgo de este país me siento como
visitante. Después de una semana ya quiero regresar a casa. Mi esposa y yo
sabemos que tenemos una misión por completar en Omaha. Esta es nuestra
familia”.
Él y Valeria tienen un pequeño de dos años de edad y están esperando a su
segundo hijo que nacerá en Diciembre.
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