Frank LaMere, quien se describe como «uno de los arquitectos del esfuerzo por cerrar Whiteclay», no se regodea sobre las recientes resoluciones en corte que niegan licencias de venta de cerveza en ese desolado pueblo de Nebraska.
Unos cuantos dueños de tiendas, aunado a productores y proveedores, han ganado millones de dólares a expensas de Oglala-Lakota de la cercana Reservación Pine Ridge en Dakota del Sur, en donde el alcohol ha sido prohibido pero existen altas tasas de alcoholismo. Un número desproporcionado de niños sufren de Síndrome Alcohólico Fetal (FAS). Personas embriagadas en público, mendicidad, peleas y accidentes, así como el intercambio de servicios ilícitos por alcohol, han sido documentados en y alrededor de Whiteclay. Desde ver por sí mismo por primera vez «la devastación ahí» en 1997, LaMere ha dirigido una épica batalla para acabar con las ventas de alcohol en el pueblo en la frontera del Condado de Sheridan.
«Este es un hombre que, más que ninguno otro, es la cara de Whiteclay», dijo Joe Starita, periodista, autor y educador basado en Lincoln, cuyo proyecto de reporte impulsado por estudiantes, www.woundsofwhiteclay.com, recientemente ganó el gran premio Robert F. Kennedy de Periodismo de Derechos Humanos, por encima de proyectos del New Yorker, National Geographic y HBO. «No hay nadie que haya luchado por más tiempo y tan arduamente, participado en más manifestaciones, dado más discursos y llorado más lágrimas en público por Whiteclay que Frank LaMere».
LaMere, nativo de Winnebago, activista de toda la vida y oficial veterano del Partido Demócrata en Nebraska, sabe que la batalla, ahora pendiente por apelación, continúa. Se espera que el caso eventualmente llegue a la Suprema Corte de Nebraska. Siendo una persona política y espiritual, él aprecia la situación en Whiteclay desde una amplia perspectiva. Como alguien que lucha en el frente de la batalla, también tiene la ventaja de conocer a fondo qué adversarios y obstáculos pueden aparecer.
Sus acciones han obtenido mucha cobertura en la prensa. Él es figura clave en dos documentales sobre Whiteclay. Pero su trabajo de justicia local se extiende más allá de una sola cuestión en específico.
«Durante mi vida he luchado por muchas cuestiones», comenta.
Ha defendido a granjeros, inmigrantes, personas con discapacidades, víctimas de conducta indebida de policías y a quienes reciben ayuda social para niños. Él se ha opuesto al Oleoducto Keystone XL.
«Debo de haber marchado cientos de veces en mi vida y no siempre ha sido por los intereses de los Nativos Americanos. Si alguien es tratado de forma indebida y tengo el tiempo para su caso y vienen a pedir mi ayuda, no me importa quien sea, yo estaré ahí. Eso es lo importante. Eso es lo que me motiva en mi trabajo».
LaMere ha luchado bastante por Whiteclay en donde él aprecia un claro peligro presente sobre la salud pública, sin mencionar la crisis humanitaria. Como una persona Nativa Americana, esto es personal pues Whiteclay existe para explotar la intolerancia al alcohol entre la población de Pine Ridge. Él es cuidadosamente optimista sobre que las cosas van a mejorar para los residentes, asumiendo que las cortes al final sostengan la denegación de licencias de alcohol.
«Veremos hacia donde van las cosas desde ahí», nos dijo. «Pero seguramente las cosas nunca serán iguales en Whiteclay. Lo único que sabemos es que la devastación nunca será como lo era. Yo en verdad lo creo».
Pero definitivamente no hay que esperar que haga una celebración.
«No hay victorias o derrotas en Whiteclay. Nadie ganó, nadie perdió, pero todos decidimos que tal vez deberíamos de comenzar a respetarnos los unos a los otros y comenzar a encontrar una mejor forma de hacer las cosas. Pienso que al final de todo esto lo lograremos».
La Comisión Estatal de Control de Licor, un Juez de Distrito y el Fiscal General de Nebraska se oponen a las ventas de cerveza que se llevan a cabo ahí, pero LaMere sabe que hay fuerzas poderosas que se oponen a su trabajo.
«Pienso que los habitantes de Nebraska saben cómo son las cosas. Sabemos lo que es correcto. Pero no hay dinero en ello. Quien controla el alcohol en Pine Ridge-Whiteclay controla el dinero, controla el gobierno del Condado y hasta años recientes incluso controlaba el gobierno estatal. Yo no tengo dudas sobre ello. Yo entiendo lo que está pasando aquí. Estamos hablando de decenas de millones de dólares y estamos amenazando eso y cuando se amenaza eso, ya sabes, se obtiene una reacción».
Él dijo que ha recibido amenazas. Él y Craig Brewer, defensor del bienestar de la región cerca de Whiteclay, visitaron el día después de que los vendedores perdieron sus licencias.
«Hubo un presentimiento durante todo el día que jamás había tenido en mi vida», dijo LaMere. «Fue extraño para mí. He estado lidiando con estas cosas roda mi vida y jamás he tenido miedo. Pero esta vez estaba observando los distintos escenarios a razón de la volatilidad ahí y, si las cosas no salían como se esperaba, qué podría pasarme. Tal vez es la edad. Tal vez es lo nuevo de la situación. No lo sé. Llegamos ahí pensando sobre lo que íbamos a encontrarnos, tal vez con los vendedores de cerveza o de quienes apoyan a los vendedores o tal vez de los asociados contratados por estos. No sabíamos qué esperar, pero fuimos pues eso es lo que hacemos, y todo salió bien. Pasó lo correcto».
Los vendedores no abrieron sus negocios.
«Le dije a un reportero que fuimos ahí para enfrentar de frente al ‘diablo’, pero no estaba ahí y no creo que vaya a regresar».
Él dijo que el abogado David Domina, quien representa los intereses opuestos al alcohol, llegó ahí el mismo día por si algo salía mal.
«No fue coincidencia», dijo LaMere. «Estuvimos donde teníamos que estar ese día. Muchas oraciones nos acompañaron».
LaMere no bajará la guardia. «Continuaré ahí siendo cuidadoso, aprehensivo, pero todavía no tengo miedo».
Él sabe que algunas de las situaciones contenciosas en las que se adentra incluyen ciertos peligros.
«Yo soy un realista y sé cómo son las cosas».
Él y su esposa Cynthia realizó un pacto no escrito hace muchos años para no estar en juntos en las manifestaciones o protestas para asegurar que los dos no estén en peligro de sufrir algún daño.
«Yo hago muchas cosas en muchos lugares y Cynthia me mantiene centrado. Ella critica el enfoque que esté tomando, siempre preguntando: ‘¿Tienes que hacerlo?’. Yo he aprendido que ella me protege. Pero yo también escucho en muchas ocasiones: ‘¿Por qué no dijiste eso?’, pues ella conoce a Frank y sabe sobre su compromiso y ella nunca lo cuestiona. Puedo hacer algo sobre lo que me siento bien y llego a casa y ella me menciona el lado negativo que yo tal vez no siempre quiero escuchar. Ella me permite tener una perspectiva que necesito escuchar y que en ocasiones no escucho de otras personas. Ella es brutalmente honesta conmigo. Cynthia es fuerte, dedicada y comprometida».
Sus admiradores se maravillan con su propia persistencia.
«Él es un trabajador incansable y una vez que se enfoca sobre una cuestión que aprecia como un reto moral, él no para y Whiteclay es un caso de esa naturaleza. Es el hombre de mayores principios que jamás he conocido» dijo Tim Rinne, coordinador de Nebraskans for Peace.
Joe Starita dijo que LaMere está «trabajando arduamente para sus causas hasta el punto del agotamiento física y mental».
«Es un hombre que ayuda a los aliados cuando nadie más está viendo», dijo Jane Kleeb, Presidenta de la Nebraska Democratic Party.
Los reveses y pérdidas que ha sufrido no le han detenido, las cuales incluyen un infarto que requirió de una extensa terapia del habla, así como la muerte de su hija Lexie Wakan, quien era estudiante de la Universidad de Creighton.
«Es un hombre que ha sufrido bastante pero continua levantándose y luchando, dijo Kleeb. «Para mí, eso es lo que define a Frank: él siempre llega y se aparece».
Para LaMere, es una forma de vida.
«Cada día es una pelea y si continúas peleando terminas por ganar pues los demás lo observan. Espero que el impacto de Whiteclay se manifieste en una victoria en la Suprema Corte y tal vez en algún joven líder a quien le importan este tipo de cosas. He estado en cientos de peleas en mi vida y he perdido casi todas, pero nunca tuve miedo y eso es lo que quiero que entiendan las personas. Si no tienes miedo, las personas ven eso como una victoria pues ocasionas que otros tengan valor, perseveren y actúen».
Él está complacido con saber que su resistencia para continuar inquietando, aun frente a la intransigencia y la tragedia, inspire a otros.
«Yo aceptare eso pues es lo que es y simplemente hay que continuar trabajando».
Le gusta decir que las implicaciones en Whiteclay son «más grandes de lo que podemos imaginar».
«Dentro de algunos años comprenderemos que esto es más grande que nosotros. Tengo que hacer mi parte. El creador de todas las cosas dijo, Frank, voy a tener que hacer que veas lo que puedes hacer y durante el camino haré que batalles. Voy a afectarte y voy a llevarme algo tuyo y si continuas tal vez te deje cambiar algo. Ese es el mejor trabajo que podemos hacer».
Reflexionando sobre Whiteclay, él dijo: «Este fue una travesía emocional para todos los habitantes de Nebraska». Él considera que el reciente avance se debe a intervención divina.
«Hay algunas cosas que pasan y que son muy extrañas», nos dijo.
Él recuerda una audiencia en Lincoln sobre la LB 407 introducida por la Senadora Estatal de Nebraska, Patty Pansing, para crear la Whiteclay Public Health Emergency Task Force. LaMere testificó. Su hijo, Manape LaMere, cantó una canción del baile del sol. Después de terminar la canción sagrada, Manape preguntó si alguien del Condado de Sheridan estaba ahí para hablar.
«Se paró un tipo muy alto a testificar», dijo LaMere. «Le preguntaron: ‘¿Tienen suficientes miembros de la policía como pasa encarar la situación en Whiteclay?’ Él respondió: ‘Definitivamente no’. Este hombre dijo algunas cosas que ninguno de nosotros esperábamos que dijera, creo que ni él tampoco. Si estás con esos intereses (monetarios) de Whiteclay, no se supone que vayas a decir eso pues serás repudiado. Pero por alguna razón él dijo la verdad. Yo considero que eso fue por las poderosas oraciones que dije ese día. Estamos viendo en Whiteclay un viaje muy espiritual. Hay algo más grande que todos nosotros que nos ha traído a este punto, para poder lograr un gran cambio para las personas Oglala-Lakota. Yo pienso que es el trabajo de Dios. Desde eso espero que las cosas sean mejores».
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