
No se necesita mucho espacio para cortar cabellos, quizás unas cuantas tijeras y máquinas puede que sean suficientes para lograrlo, y claro, creatividad. Y ¿Por qué no hacerlo en el garaje de mi casa? Pues esta idea ingeniosa, pero ingenua trajo ciertos conflictos al inmigrante y ahora estadounidense Guillermo Sánchez González.
El día que se enteró que necesitaba más recursos para cortar cabellos en su improvisado negocio en el garaje de su casa en la 4513 b ST fue un día oscuro para él. Estaba petrificado en una esquina del lugar sin saber qué hacer, cuando llegó un inspector de Lincoln a su casa. Los pasos firmes del oficial retumbaban mientras iba caminando y mirando el lugar con piso de madera aun sin terminar que Guillermo había colocado.
No tenía ni meses en que había abierto su barbería apenas se flexibilizaron las medidas contra el COVID-19. Ese día el supervisor – el cual lo llamaremos Josh para esta nota- estaba a punto de multarlo y cerrarle el ingenioso local por no tener permiso ni licencia. No obstante, éste decidió darle una oportunidad gracias a Álvaro Acevedo, que le preguntó al Josh sobre los requisitos que necesitaba su amigo para obtener los papeles para su negocio.
Sánchez (31) es procedente de Oaxaca, México. A la edad de 15 años migró a EEUU con su mamá, tras sentir la pérdida de su padre. Ambos llegaron a Nebraska como pudieron. En Omaha completó el bachillerato y comentó que durante su proceso de adaptación escolar fue víctima de acoso (bullying).
“Sufrí mucho por ser hispano cuando era niño. En la escuela un chico de color se burlaba de mi y me golpeaba. No sabía hablar bien inglés y era muy tímido. Con eso y todo me gradué y decidí estudiar educación en Iowa Western Community College”, contó.

Luego de graduarse su idea era ser educador, pero decidió echar a un lado esa idea porque “no era lo suyo”. Tenía que pasar por un proceso largo para llegar a ser maestro en una escuela. Sin embargo, decidió abrir su propio negocio con las cosas que mejor sabía hacer, que era cortar cabellos a caballeros.
En México había hecho algunos cursos que le dieron a él la confianza para empezar a cortarle el cabello a alguien, su primer cliente fue Álvaro. Luego de tres meses, Guillermo pensó que era hora de llevar su empírico negocio más allá, ya que limpiar ventanas no era algo que le apasionaba del todo. Así que se fue a probar suerte en el sur de Omaha mostrando las fotos de su creación. No la tuvo, la falta de experiencia era evidente, pero él no se detuvo.
Ya estaba casado a sus 25 años y pateando calles llegó a una barbería en la calle 72, que a pesar de la poca experiencia que Guillermo tenía, le dieron la oportunidad de formarse. Años después la llegada de un niño le brindó felicidad, pero la convivencia de pareja fue una amargura.
El proceso de divorcio no fue nada fácil para él, entre los abogados, estafas y la difícil actitud de la hoy su exesposa, le hicieron la vida un infierno a Guillermo. Tenía que pelear por la custodia de lo único que ya para él era importante, su hijo también llamado Guillermo.
“Yo estaba destrozado, la verdad no me explicaba cómo es que estoy pasando por todo esto. Me estafaron los abogados, me quedé sin nada”, dijo.

Luego de la separación marital compra una casa donde se muda con su mamá, ahí transformó el garaje de su casa en su pequeño negocio. Pero su exmujer decidió llamar al departamento de barbería del estado de Nebraska para avisarles que Guillermo estaba emprendiendo un negocio de forma irregular. Las alarmas se encendieron y Josh entró al sitio en el momento que él estaba haciéndole un corte a su mejor amigo.
Luego de que Sánchez le dijera al inspector que él era residente, éste le dio la oportunidad de presentar los papeles necesarios para poder obtener la licencia que solo se emite en Lincoln. En vez de enviar todo por correo postal, Guillermo decidió apersonarse al departamento de Nebraska Board of Barber Examiners para presentar sus documentos. Ahí estaba Josh, sorprendido por la visita. Guillermo le contó su historia y su sueño de ser barbero. “El inspector se conmovió mucho con mi historia y me dijo: ‘bueno, yo no soy el que tomo las decisiones sobre las licencias, pero escribe toda esa historia y yo se la presento al comité para que decidan si darte o no la licencia. El día de Halloween (2020) vas a recibir la respuesta’. Regresé a Omaha con miedo”.
Durante ese tiempo, él ya podía empezar los trámites para hacerse ciudadano estadounidense, y lo hizo. El 31 de octubre de 2020, Guillermo recibió la carta que le acreditaba con una licencia para ser barbero. “Luego de conocer mi historia, el comité decidió que no necesitaba hacer más cursos porque tengo la suficiente formación para ejercer, y me la dieron”, contó Guillermo con lágrimas de felicidad en sus ojos.
Sánchez cuenta que ser barbero no se trata solo de cortar cabellos. “Se hace uso de una navaja filosa que puede cortar a cualquiera, se debe tener mucha precisión en todo. Además de saber también el tipo de cabello que se corta, entre otras cosas”, dijo.
Con licencia
Para operar como barbero en Nebraska no solo hace falta la licencia, sino también el permiso que detalla el cómo debe estar distribuido un local, desde la densidad de luz, avisos, dimensiones de las ventanas, lavabos y sala de espera, entre otros detalles. Sin embargo, Guillermo contó con un permiso temporal para ir armando el lugar.
Cerró el garaje por completo para hacerle una entrada principal y una que da a su casa. Lo pintó todo de rojo pues es su color de la suerte. Compró todos sus utensilios y utilería de paquete. Dos muebles de cuero sintético rojo dan ahora la bienvenida.

Una mañana llegó el inspector Josh para hacer la requisa y felicitar a Guillermo por haber obtenido la licencia y el permiso. Y Sánchez le dio la nueva de que ahora es ciudadano estadounidense, con una barbería que ahora es una empresa llamada Sánchez Barber Shop que funciona a toda máquina.
Ahora, la clientela de Guillermo está creciendo y no haya como ajustar a sus clientes ya que, por las condiciones de su local, él debe trabajar solo. Por los momentos solo ofrece servicio de acicalamiento masculino y sus mayores clientes son los niños a los que le hace diseños modernos. Guillermo está activo en las redes sociales a través de su Instagram @memosanchez7315.