
Durante la primera mitad de su primer año, Mercy asistía a Omaha South High School
para pasar lista y luego se saltaba las clases del resto del día.
“Sentí que no tenía a nadie ahí”, comentó sobre South High, donde los estudiantes
superan en número a los maestros 19 a 1. “Simplemente no quería estar ahí”.

Pasaron seis meses hasta que sus padres finalmente recibieron una llamada de la
escuela informando sobre las ausencias de Mercy. Aunque estaban conmocionados al
enterarse sobre las faltas, sus padres estaban más preocupados del porqué la escuela
tardó meses en darse cuenta de ello y notificarles, recordó Mercy.
Cuando un estudiante de las Escuelas Públicas de Omaha presenta cinco días de
ausencias injustificadas, los funcionarios escolares deben comunicarse verbalmente o por
escrito con el padre o tutor del estudiante, en conformidad con la política del Consejo de
Educación de Nebraska. La OPS no proporcionó para esta historia algún comentario
sobre las ausencias crónicas de los estudiantes.
Mientras faltaba a clases Mercy se metió en problemas por robar y se le asignó un oficial
de libertad condicional que le advirtió que debía volver a la escuela. Más ausencias
podrían extender este periodo de libertad condicional o enviarla al sistema de justicia para
adolescentes, pues los distritos escolares de Nebraska pueden reportar con el fiscal del
condado a los estudiantes que cuentan con 20 días o más de ausencias escolares.
El oficial de libertad condicional de Mercy le contó sobre Omaha Street School, una
escuela secundaria privada alternativa, que cree en los estudiantes en riesgo y lucha
contra el ausentismo crónico y el ausentismo escolar.
“Los alumnos no pueden faltar a clases aquí, pues alguien se va a dar cuenta”.
En Omaha Street School los estudiantes que tuvieron dificultades en un entorno de
escuela secundaria tradicional tienen una segunda oportunidad de obtener su diploma.
Omaha Street School no recibe fondos federales o estatales, pues funciona por
donaciones. Los estudiantes aprenden sobre la escuela por comentarios de otras
personas o son referidos por un consejero, debido a problemas de comportamiento,
calificaciones bajas, o falta de participación en escuelas anteriores.
Las razones más comunes por las que los estudiantes asisten a OSS son el ausentismo
injustificado y el ausentismo crónico, comentó Linda Reimer, Directora Ejecutiva de
Omaha Street School. El ausentismo crónico sucede cuando un estudiante pierde un
10%, o alrededor de 17 días, del año escolar.
De acuerdo al Departamento de Educación de Nebraska, en el año escolar 2019-2020,
alrededor de 33,000 estudiantes de Nebraska, o el 10%, tuvieron ausentismo crónico. La
pandemia solo ha incrementado este problema.
La investigación muestra que el problema afecta de una forma desproporcionada a los
estudiantes de color. Los datos muestran que en el Distrito de Omaha Public Schools,
donde alguna vez asistieron a la escuela la mayoría de los estudiantes actuales de
Omaha Street School, los estudiantes nativos, afroamericanos, hispanos y mestizos
corren el mayor riesgo de ausentismo crónico.
En las escuelas pertenecientes al OPS, los equipos de asistencia se reúnen de forma
regular para hablar sobre los estudiantes necesitados y las barreras para asistir a clases,
comentó a El Perico un portavoz de OPS por correo electrónico.

A pesar de los esfuerzos, “demasiados de nuestros alumnos simplemente pasan
desapercibidos”, comentó Reimer. “Se han vuelto invisibles en las grandes escuelas”.
En las escuelas más grandes, es posible que los educadores no tengan los recursos
necesarios para vigilar a todos los estudiantes, dijo el director Anthony Williams. Eso
puede conducir a la ausencia de un estudiante.
“Una vez que los niños aprenden un sistema para abandonar las clases, lo hacen hasta
que son descubiertos”, dijo.
Es por eso que Omaha Street School es pequeña. El tamaño de los grupos no supera los
10 estudiantes. Así, los programas de tutoría y el acceso a los servicios de salud mental
mejoran la asistencia de los estudiantes y permiten contar tiempo para atención
individualizada con los maestros.
Según comenta Williams, a cada estudiante se le asigna por lo menos un miembro del
personal que se comunica con ellos de forma regular y se asegura de que se sientan
vistos. Los estudiantes también asisten a HUDL, una sesión de terapia grupal
confidencial, y otra individual, con el terapeuta de la escuela.
“Los alumnos no pueden faltar a clases aquí, porque alguien se va a dar cuenta”, dijo
Williams.
Reducir el ausentismo escolar de los estudiantes es un esfuerzo combinado entre los
estudiantes, el personal de trabajo y las familias, comentó Charles Wilson, defensor de los
estudiantes y director atlético de OSS. Los miembros del personal de trabajo hacen todo
lo posible para ayudar a reducir las barreras que pueden impedir que un estudiante asista
a la escuela.
Eso significa que puede recoger a los estudiantes por la mañana o después de la escuela,
incluso visitar su casa cuando no se presentan a clases para revisar por qué faltaron. Dijo
que conocer a las familias puede marcar la diferencia al generar confianza con los padres.
“No solo debemos ayudar a los estudiantes en la escuela, sino fuera de ella”, comentó.
“Cuando las familias nos ven hacer eso, es como, (los miembros del personal de OSS) no
nos están juzgando; no tenemos que ocultarles nada’”.
En OSS, si un estudiante no está en clase, recepción llama a casa el mismo día para ver
por qué el estudiante está fuera de clase. Si la oficina no puede comunicarse con los
padres y el estudiante vuelve a ausentarse por uno o dos días más, el director Anthony
Williams llama a los padres. Si la escuela todavía tiene problemas para comunicarse, un
miembro del personal puede ir a la casa del estudiante para conocer el motivo de la
inasistencia.
Los registros de asistencia en OSS muestran mejoras en la asistencia de los estudiantes
que fueron remitidos a la escuela por problemas de ausentismo escolar, según comentan
sus funcionarios.
En promedio, los estudiantes que se registran aquí contaban con un índice de asistencia
que oscilaba entre el 15% y el 64% antes de asistir a OSS. Los estudiantes actuales
tienen un índice de asistencia promedio del 84%, según los datos de asistencia.
“Si tienes un ambiente acogedor o seguro, los niños quieren ser parte de eso”, dijo
Wilson. “Harán todo lo posible para tratar de llegar aquí”.
Mercy se siente más cómoda en OSS y siente menos el aislamiento que la llevó a faltar a
clases en South High.

“Puedes hablar con cada uno de los maestros aquí y te darán consejos”, dijo. “Creo que
esa es probablemente una de las mejores cosas de la escuela: que nadie se siente
realmente solo, por lo que es más fácil pasar el día”.