Cuando Roni Shelley Pérez dejó Omaha para ir a la ciudad de Nueva York la
primavera anterior para establecer una carrera en el teatro musical, ella
asumió que tendría que trabajar durante mucho tiempo antes de poder tener
una gran oportunidad. Pero en algo que parece salido de 42nd Street, le tomó
solamente tres meses para estar en una obra fuera de Broadway.
Su acelerada experiencia le vio llegar a la Gran Manzana a finales de marzo,
realizando pruebas para varias producciones para obtener un lugar en
Comfort Women – A New Musical en junio. Ella obtuvo el rol de Soonja Ma en
un show con un elenco asiático. Ella estudió como suplente para el papel
principal de Goeun Kim, algo raro para alguien nueva en la escena. Ella actuó
en el papel principal los martes durante la temporada de julio 27 a septiembre
2 de octubre en el Playwrights Horizons/Peter Jay Sharp Theater en, claro, la
afamada Calle 42.
«Fue algo increíble”, dijo Pérez. “Mis compañeros de elenco fueron
fenomenales y nuestra energía se reflejaba de unos a otros para tener un
show de lo mejor cada noche. Yo me presentaba como el personaje principal
cada martes por la noche, lo cual fue muy cool. Fue todo un honor”.
Los padres de Pérez y algunos de sus compañeros de teatro en Omaha
vinieron a Nueva York para verle en el escenario. La también actriz Regina
Palmer, su gran amiga de Omaha, pudo ver a Pérez durante la última semana
del show.
«Roni estuvo fenomenal”, dijo Palmer. «El show fue muy trágico y emocional,
pero creo que lloré aún más cuando la vi sobre el escenario haciendo eso
para lo que nació. Puedes ver cuánto ama lo que hace y eso hace que su
actuación sea tan especial. Y ni qué decir de lo talentosa que es”.
Pérez jamás se imaginó que su primer papel con diálogo llegaría tan rápido.
«No, para nada. Estoy muy agradecida. Me da gusto poder hacer lo que
amo”, dijo Pérez, de 22 años de edad, quien hace apenas un año todavía se
presentaba en los escenarios de Omaha en donde obtuvo muy buenas
reseñas y predicciones que decían que ella llegaría lejos.
Para su primer obra en Nueva York, Pérez, de origen filipino, agradeció ser
parte de un elenco asiático en una historia sobre chicas y mujeres coreanas
que fueron forzadas a ser esclavas sexuales por las fuerzas invasoras
japonesas durante la Segunda Guerra Mundial.
«Fue muy importante y algo hermoso el ser parte de un elenco complete de
actores y actrices asiáticas pues es muy difícil para nuestra demográfica ser
contratados en el teatro musical o en la industria o en general en las artes
escénicas. Fue muy bueno ser parte de este grupo de talentosos seres
humanos. Todos nos apoyábamos los unos a los otros”.
Ella también se sintió privilegiada de ayudar a dramatizar este momento
histórico “tan perturbador”. La historia que cuenta la obra se basa en los
testimonios de quienes sobrevivieron a ello.
«Los ensayos”, comentó Pérez, “fueron abrumadores debido a aquello por lo
que estas mujeres tuvieron que experimentar. No hay palabras para describir
las condiciones en que se encontraban”.
Pérez está orgullosa de haber sido parte de un proyecto tan enfocado en
brindar atención al tráfico de personas.
«Las personas ahora están hablando sobre este problema y espero que
nuestro show haya permitido traer este problema a la luz”.
El aprender los roles de dos “mujeres de confort” fue una gran prueba para
Pérez.
«Me encantó la presión bajo la que me puso. Me permitió retarme en formas
que jamás había pensado. Necesito ser probada y estoy agradecida por
haber sido retada por un show como este que es tan emocional y físicamente
demandante”.
El actuar representando a mujeres que tuvieron que pasar por cosas tan
duras, nos dijo, fue “definitivamente una lección de humildad”.
Para su audición, Pérez presentó una canción y un monólogo de su elección.
«El poder hacer eso en una audición es genial pero también abrumador pues
piensas, ‘¿qué es lo que están buscando?’. Yo canté una canción y actué un
monólogo. Al salir, yo accidentalmente golpeé un poco el piano. Yo hice una
broma diciendo: ‘Cóbrenlo de mi préstamo estudiantil’. Me enviaron esa
noche por email la música para la audición de seguimiento. Después otro
email la semana siguiente para la audición de baile”.
Y después esperó para poder saber si había logrado entrar al elenco. Ella
recibió las noticias mientras estaba en su trabajo en la barra en una
panadería francesa.
«Yo quería ponerme como loca pero todavía estaba en el trabajo. Yo era muy
amiga de una de mis compañeras de trabajo y cuando le conté me pude
emocionar un poco con ella. Pero todavía tenía que hacer mi trabajo. Llamé a
mis padres durante mi descanso y les dije: ‘Oigan, voy a debutar fuera de
Broadway’. Fue algo loco. El siguiente día me sentí como si todo hubiera sido
un sueño. No sentí que esto fuera real hasta el primer ensayo cuando recibí
el libreto y conocí al equipo creativo”.
Pérez, quien comparte un espacio de vivienda con compañeros de la obra en
Washington Heights, sabe que ella puede tener que esperar antes de su
siguiente empleo sobre el escenario en una profesión repleta de respuestas
negativas.
«Si te quedas sentada lamentándote sobre una parte de no obtuviste será
difícil seguir adelante”, nos dijo. “Tienes que dejarlo ir pues hay otras
audiciones que realizar. Esa es una mentalidad saludable. De lo contrario,
esta industria acabará contigo”.
La experiencia de Comfort Women, nos comenta, “incrementó mi confianza y
me mostró qué era en lo que tenía que seguir trabajando”.
Mientras tanto, ella es parte de una creciente comunidad de nativos de
Omaha que ya han triunfado en Nueva York o que han llegado recientemente
para probar su suerte ahí. Kevyn Morrow, Yolonda Ross, Stephanie Kurtzuba,
Quiana Smith. John Lloyd Young y Andrew Rannells ya han encontrado el
éxito. Pérez y Bailey Carlson son nuevas que apenas están comenzando.
Regina Palmer llegará a la ciudad en la siguiente primavera.
«Roni y yo estaremos juntas de nuevo y eso me tiene súper emocionada”, dijo
Palmer.
Pérez, quien alentó a Palmer a probarse en Nueva York, se siente feliz de
compartir esta Aventura con otros aspirantes de su ciudad natal.
«Es inspirador y motivador y afirmante estar haciendo lo que estamos
destinados a hacer”.
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