Para Brissa Naily López, la actriz y maestra de 24 años en el Teatro Rose, el teatro es una poderosa herramienta para el empoderamiento personal. Así como ella ha encontrado un hogar ahí, ella quiere que otros sientan lo mismo.

Esta hija de padres inmigrantes creció en Gainesville, Georgia con un gran deseo por presentarse sobre el escenario.

«Yo iba a ser la siguiente Selena”, dijo López. “Yo siempre estaba cantando”.

Una vez que conoció el mundo del teatro en escuela secundaria,  se convirtió en su nueva pasión. Para cuando llegó a la preparatoria ella ya sabía que quería estudiarlo en la universidad.

«Presentarme sobre el escenario es algo que me encanta y que llevo muy dentro de mí”.

Al crecer en un hogar con abusos, el teatro le ofreció un escape.

«El teatro se convirtió en un espacio en donde convertirme en alguien más”, dijo López, “y así no tener que lidiar con lo que estaba pasando en casa”.

Su madre vivió a través del trauma inicial al venir a los Estados Unidos de Norteamérica desde México. Ella tuvo a Brissa cuando muy joven. Y después, el padre de Brissa terminó en prisión.

«Mi mamá se desquitaba conmigo por las cosas que le pasaron a ella”, comentó López.

El abuso verbal ocasionó en López un trastorno alimenticio al que todavía se enfrenta hasta la fecha.

El santuario y la liberación ofrecida por el teatro, además del abrazo protector de sus abuelos, fueron su salvación. No fue sino hasta que una clase en la universidad requirió que hiciera teatro de sus experiencias personales que ella compartió su historia con personas fuera de su familia.

«Yo no hablaba sobre lo que estaba pasando en casa”.

Fue en la Universidad Brenau en Gainesvill en donde ella se enamoró del teatro para públicos jóvenes. Ella completó sus pasantías en compañías de teatro para niños en  Lexington, Kentucky y Seattle, Washington, antes de llegar al Teatro Rose en agosto.

«Yo siento que es más gratificante presentarme ante niños que presentarme en otros teatros debido a la conexión con los estudiantes”.

Al estar rodeada por actores y maestros blancos mientras crecía, ella se siente obligada a presentar ante los pequeños Latinx a alguien en el teatro que se parezca a ellos.

«Yo me doy cuenta del impacto que tiene tener una maestra y artista Latinx en quien los jóvenes puedan inspirarse. Se dan cuenta de que también pueden hacerlo. El dar clases me brinda la oportunidad de representar, algo que no tenía. Me permite dar algo de vuelta a mi comunidad”.

Todo comenzó cuando estaba enseñando una clase después del horario escolar a estudiantes indocumentados en un Boys and Girls Club.

«De repente había 100 niños en verdad interesados en el arte y que me buscaban para recibir consejos sobre el teatro. Me hizo darme cuenta de que me estaba convirtiendo en eso que yo necesitaba. El teatro no era algo que se promoviere en mi casa. Mis padres querían que yo fuera doctora o ingeniera y no una artista que pasare hambre”.

Cuando estaba enseñando a y llevando a sus estudiantes a ver sus presentaciones, ella se dio cuenta de que muchos de sus pupilos tenían las mismas experiencias que ella.

«Fue la primera vez que vieron a una persona morena sobre el escenario. Eso fue para mí un catalizador. Me definió como una artista teatral y me hizo darme cuenta de qué es lo que debía estar haciendo”.

Su compromiso solamente se tambaleó en una ocasión. Ella dijo que la situación anti-inmigración le hizo sentir que ella “no estaba haciendo suficiente para ayudar a la causa” desde la academia y el teatro.

«Llego a un punto en el que presentarme sobre el escenario ya no me llenaba. Se sentía como un trabajo”, nos dijo. “Después de graduarme me fui a trabajar como paralegal en un bufete jurídico especializado en inmigración. Pero era emocionalmente agotador ver a las personas que llegaban a mi oficina y que no podíamos hacer nada por ello debido a las leyes vigentes. Eso me llevó a ser artista teatral. Me di cuenta de que la razón por la que estas leyes están vigentes es porque las personas no conocen o no entienden nuestra historia. Para que el público lo sepa, tienen que verlo, por lo que el teatro es una forma maravillosa de contar estas historias. Si comenzamos a contar estas historias cuando los niños son pequeños, es entonces que podemos apreciar un cambio”.

El Rose fue «atractivo» por su reputación nacional y la libertad que ofrecía para no solo dar clases sino también para actuar.

Para el siguiente año escolar, ella trabajará con Collective for Youth en clases bilingües para interactuar con los jóvenes y sus padres para hacer teatro en base a sus historias y preocupaciones.

López también escribe teatro. No es de sorprender que ella esté desarrollando un musical para niños sobre inmigración. Ella no tiene que buscar lejos para encontrar su inspiración para esto.

«Tengo muchos familiares que son inmigrantes indocumentados”.

Otra pieza que ella está desarrollando se basa en la historia de su madre y ella. Es una historia para un público de teatro en general.

Ella ha tenido algo de progreso sobre su trastorno alimenticio.

«No es sobre llegar a una talla en específico sino de brindar a mi cuerpo el combustible que necesita para yo poder hacer las cosas que quiero en la vida”.

Ella escribe sobre ello de vez en cuando en una página en redes sociales “enfocadas en ayudar a las mujeres a liberar sus versiones más saludables”.

López ha conectado con Omaha.

«Este es en verdad un gran lugar para que los artistas teatrales puedan jugar y explorar las cosas. Un lugar como Seattle puede ser un ambiente algo más difícil, en donde no quieren en sí ayudar a que las personas crezcan. Estar aquí es muy refrescante”.

Pero ella si siente un reto al usualmente ser la única latina en el teatro de la comunidad local. Su hambre por adentrarse en su cultura le lleva a la Calle South 24th solo para “escuchar a las hermosas personas Latinx hablar español”.

Ella planea asistir a una escuela posterior, la sea la Universidad de Texas-Austin o la Escuela de Drama de Yale.

«Mi meta final es ser directora artística de una compañía teatral Latinx», nos comenta. “Poder contar nuestras propias historias es muy importante. Sería increíble poder tener un teatro en donde poder no solamente compartir estas historias para promover el cambio, sino además apoyar a artistas Latinx».

Lea más del trabajo de Leo Adam Biga en leoadambiga.com.

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