Él ya ha acumulado miles de horas y decenas de miles de millas viajando para fotografiar a miles de especies, pero todavía le falta mucho para terminar.
«Después de 12 años de trabajo, el proyecto va a la mitad del camino con poco más de 7,500 especies (fotografiadas). Como ahora tendré que viajar más lejos para poder fotografiar a las especies restantes (un estimado de 5,000 más), nos tomará otros 15 años para completar. Así que, si tuviera que dar un estimado, diría que nos faltan alrededor de 30 países más”.
Cuando trabajas en el mundo salvaje, las cosas pueden ser difíciles.
«Ahora que estoy trabajando principalmente en zoológicos, el trabajo tiene menos sorpresas desagradables. Durante mis 16 años trabajando en el mundo salvaje para la revista National Geographic, me he llevado varios sustos. Yo estoy más al pendiente de las criaturas más pequeñas”.
Por ejemplo, hay enfermedades llevadas por los insectos, como el virus Marburg.
«Yo estuve en cuarentena durante tres semanas por ello pero por suerte no me enfermé”.
Y también están parásitos come el carne llamado mucocutaneous leishmaniasis.
«Ese si me afectó y el tratamiento no es nada divertido”.
Las cosas hoy en día son muy diferentes.
«Hoy en día trabajo en ambientes controlados y la mayoría de las sesiones fotográficas se llevan a cabo sin problemas pues los animales han estado cerca de personas durante toda su vida”, nos comenta. “Pero en ocasiones hay criaturas que ‘hacen las cosas a su manera’ en cuanto a los lugares y locaciones. El más grande reto es tener tiempo para poder hacer todo, pero definitivamente es posible. Por suerte este no es un proyecto político, por lo que somos bienvenidos prácticamente a todos los lugares que vamos”.
Para él, este trabajo tiene un profundo significado personal.
”La mayoría de los animales que yo fotografió tienen un impacto real sobre mí. Son como niños para mí pues les estoy dando la única voz que jamás tendrán. Para muchas de estas especies, especialmente para las más pequeñas que viven en el suelo o en pequeñas corrientes de agua o arriba en las ramas de los árboles, pues esta será su única oportunidad para ser escuchados antes de que se extingan. Ese es un gran honor y una gran responsabilidad y la razón por la que estoy dedicando mi vida a esto. Si tuviera que escoger a alguno en ese momento, creo que sería Nabire, una de los últimos rinocerontes blancos del norte en el Zoológico Dvur Kralove en la República Checa. Ella era muy dulce y falleció a las dos semanas de nuestra visita debido a su edad. Ahora solamente quedan tres en todo el mundo, todos dentro de una pen en Kenia”.
NOTA DEL EDITOR:
El último rinoceronte blanco del norte masculino, de 45 años de edad, murió en Ol Pejeta Conservancy, en Kenia, el 19 de marzo.
Sartore, graduado de periodismo en la Universidad de Nebraska-Lincoln, ahora trabaja en exclusiva en el Photo Ark. Él es el único fotógrafo del proyecto, aunque ha evolucionado a una aventura familiar y un legado.  
«Cole, mi hijo más grande, viaja conmigo para ayudarme en la mayoría de las sesiones fotográficas en el extranjero y prometió continuar con el trabajo si es que yo no logro terminarlo en mi vida”, dijo Sartore.
El Photo Ark busca hacer una diferencia. Una forma de lograrlo es al recaudar fondos para salvar a las especies en peligro de extinción. “La meta es”, dijo Sartore, “aumentar la concienciación sobre la crisis de la extinción de estas especies”. El mensaje se difunde mediante proyecciones en edificios importantes (Basílica de San Pedro, el edificio del Empire State), la publicación en la revista National Geographic y publicaciones en las cuentas de redes sociales de National Geographic. “Las imágenes logran que algunas personas se interesen sobre algunos de los animales menos conocidos en el planeta mientras todavía hay tiempo de salvarlos”.
La serie documental en PBS Rare: Portraits of the Photo Ark (Raro: Imágenes de la Arca Fotográfica) permite que más personas conozcan sobre el proyecto.  
La Nat Geo Photo Ark EDGE Fellowship es una nueva iniciativa enfocada a apoyar a los futuros líderes en conservación a trabajar con las especies más únicas y en mayor peligro del planeta. En asociación con el programa EDGE of Existence de la Zoological Society of London, la beca apoyará para brindar fondos y destacad creaturas en el Photo Ark que históricamente reciben poca o nada de atención de los esfuerzos de conservación.
Sartore no se guarda nada cuando describe lo que está en riesgo por el peligro sobre la biodiversidad y las consecuencias de no actuar.
«Estamos frente a un evento de extinción masiva si no controlamos el comportamiento humano de una forma que deje a salvo algunos de los más grandes bosques tropicales, praderas,  esteros costeos, arrecifes de coral, etcétera. Pero si podemos incrementar la concienciación sobre el tema y que a las personas les importe, tengo esperanza de que habrá menos extinciones que las predichas. No es muy tarde para cambiar las cosas. En el fondo, el fin del Photo Ark es ser más que un archivo pues busca inspirar al público a que le importe sobre el futuro de toda la vida en la tierra, incluyendo la nuestra. Después de todo, cuando salvamos a otras especies, en realidad nos estamos salvando a nosotras mismas”.
En sus viajes, él se encuentra con suficientes desarrollos positivos como para fomentarle a seguir.
«Yo veo a personas nueva todos los meses que han salvado especies pues les importó lo suficiente para dedicarles su tiempo. Eso me inspira y me da la esperanza necesaria para continuar”.

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